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Que estoy enseñando a mis hijas - parte 2 De ninguna manera quiero decirles a mis hijas: la felicidad no existe, prepárense para la vida de tedio y sufrimiento. Pero tampoco quiero engañarlas, preparándolas para el mundo lleno de rosas, para que se despierten un dÃa en el mundo de espinas. Si les digo que el amor no existe, seré una mentirosa. Sé de ciencia cierta que el amor existe. Conozco personalmente unas cuantas parejas que han estado juntos por muchos años y siguen estando enamorados. Pero seré culpable de más grande mentira aun si, señalando a esas parejas, les digo: miren, asà será la vida de ustedes. Porque para cada pareja felizmente enamorada hay cientos de parejas que viven la vida de infierno, con gritos e insultos mutuos diariamente, con falta de respeto, de cariño, de comprensión, con uno tratando al otro como a su propiedad. Y, además, para cada pareja felizmente enamorada hay cientos de personas solas con el corazón destrozado, añorando la pérdida del amor. Hace no mucho tiempo, entre ellas me encontraba yo. Transformé el dolor en una lección – y hoy estoy tratando de compartir con mis hijas las cosas que he aprendido de mis 51 desilusiones amorosas. Después de cada desilusión amorosa busqué alguna manera de apaciguar el dolor. Encontré que existen muchas formas de hacerlo, tales como: ♦ La poesÃa (los poemas de Alfonsina Storni los mejores para este propósito); ♣ La literatura. (dos libros que me sirvieron como antidepresivos en los peores momentos de mi vida fueron “Mujeres de Ojos Grandes†de Angeles Mastretta, un libro de cuentos cortos escritos en el espÃritu del feminismo suave, y “El amor que me juraste†de Silvia Molina, el libro que se trata justamente de este tema – la decepción amorosa y la lucha de la protagonista para encontrar el nuevo sentido de la vida); ♠ El humor – tanto leer los chistes como tratar de ver su propia experiencia desde el lado chistoso, riéndose de ella (reÃrme de mi misma fue mi propósito cuando escribà “Acabo de sufrir la desilusión amorosa numero 51â€, en actualidad en la página 5 de este blog – ustedes sean jueces si logré a hacerlo o no); • Ir al mar (como escribà en “El mar, bálsamo del alma triste...â€, página 5 de este blog), o, si el mar queda demasiado lejos, cualquier lugar bello sirve para dar la paz al alma sufrida. Los parques de naturaleza excelentes, los jardines botánicos, también, o las partes históricos de la ciudad con sus edificios viejos; ◘ El hombro de una amiga. Quiero aprovechar esta ocasión para dar mis gracias infinitas a todas mis amigas a quienes no molestó el papel del pañuelo de lágrimas. Pero últimamente comencé a buscar el remedio contra el desamor en la filosofÃa. Mientras que la literatura, la poesÃa, el mar y el buen humor, tanto como la amistad que ustedes me han brindado pueden atenuar el dolor del desamor, la filosofÃa puede prevenirlo. Quiero hacer muy claro: una desilusión amorosa no se puede prevenir. Pero creo que encontré la filosofÃa de la vida que me permite prevenir el dolor que suele acompañar las desilusiones amorosas, o, por lo menos, hacer que este dolor sea ligero y tolerable y nunca se transforme en una depresión ni nos inundara del sentido que la vida no vale la pena más. Creo que hoy, con mis 44 años, después de haber fracasado tantas veces en el amor, después de haber pensado en mis fracasos y analizado sus razones, me logré tener una inmunidad contra toda la depresión. Continuaré… 
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Siempre contigo querida Ale  Me encanta tu lema "I have choosen to live heaven here in earth", "He decidido a vivir en el paraÃso aquà en la tierra". Con este modo de pensar, nada ni nadie te puede destrozar. ¡Un gran abrazo, y un gran "Te quiero", mi primera amiga en los amigos.com! Alexandra
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Siempre contigo querida Ale I've chosen to live heaven here in earth
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Dulcechinita, gracias por tu visita y por tu interés. Siempre estás bienvenida. Un abrazo, Alexandra
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Mi querida Alexandra… Es un placer para mi siempre el leerte, me encanta la forma en que expresas tus ideas y pensamientos, eres abierta, espontánea y honesta… y eso me gusta mucho… Sobre la felicidad y lo que queremos para los hijos… A mi forma de ver las cosas, Alexandra… nosotros los Padres, somos albaceas de los hijos, les enseñamos a distinguir entre lo bueno y lo malo, entre un camino y otro… Les vamos fomentando valores, les hacemos ver la diferencia sobre estar bién y estar mejor, mostramos todo tipo de consecuencias en cualquier área para prevenirles y tengan visión para ver venir las cosas de lejos y aprender a elegir lo mas adecuado según el caso y el momento… les inculcamos que de acuerdo al esfuerzo que hagan en la vida, obtendrán sus recompensas, en sus estudios, en su vida misma… por que estamos en la obligación como padres de abrirles los ojos, con inteligencia, con veracidad, con paciencia y dedicación, pero sobretodo honestidad… y hacerles ver Que ellos son arquitectos de su propio destino… y que por más que quisiéramos nosotros como padres evitarles dolor y desengaño… ellos son responsables de las dediciones que tomen y de acuerdo a esas dediciones obtendrán un resultado… Siempre hay que tratar de ayudarlos, hacerlos nuestros mejores amigos para que la confianza nunca se pierda y pueda uno opinar cuando sea el momento… pero cosa muy importante… hacerlos responsables de sus propios actos… Yo te aseguro que cuando una madre hace eso con los hijos y les dice… si tu haces esto te puede pasar esto…y si tu haces aquello, te puede pasar esto… tu eliges que camino escoger…. Te darás cuenta que ellos se lo tomarán un poco mas en serio y serán cuidadosos con sus decisiones a tomar… por que si mamá toma siempre las decisiones por ellos… nunca madurarán y cuando lleguen los desengaños, no podrán asimilarlos tan fácilmente y terminarán muy lastimados… Debemos inculcarles fortaleza de carácter, y decirles como es realmente la vida, sin máscaras ni rodeos…. Que al fin y al cabo ellos también viven en la misma casa y forman parte de tu vida y tus dediciones en tu propia vida… ellos han visto con el ejemplo tuyo que la vida no es fácil, y que es difÃcil encontrar el amor… Por otro lado… a los hijos... nunca hay que quitarles la ilusión de querer encontrar lo mejor a su paso, al contrario, hay que alentarlos a que si tuvieron una mala experiencia El camino sigue y que librarán mas batallas y en muchas obtendrán el triunfo y en otras no… Los hijos no son propiedad… solo son nuestros pequeños capullos que veremos crecer, hacerse fuertes, florecer y ser personas de bién… Nadie nació con un manual bajo el brazo mi querida Alexandra… pero si con la suficiente inteligencia para saber orientar a lo que más amamos… y algo sumamente importante mi querida amiga... mostrarles que la vida es un conjunto de muchas áreas a conquistar, y no sólo el área sentimental es lo que mueve al mundo, por que la felicidad se genera de muchas formas para que exista un equilibrio justo y la vida siempre sea hermosa, aunque no seamos afortunados en el amor...  Que todos mis afectos les abracen a ti y a tus hijas.. y que Dios las bendiga en todo momento…  P.D. Disculpa si me extendà mucho…  Me siento sumamente halagada por el hecho que leas mis escritos con tan atención. Me animas a escribir más. Como fue mi placer escribir esto, fue igual placer leer tu repuesta. Mi hiciste acordar de algo que sucedió cuando fui adolescente. Mi papá me regaño por algo (ya ni me acuerdo por qué), y yo le contesté: “Pues, ¡es tu culpa, tú me criaste asÃ!” Y mi papá me contestó: “Desde cierta edad, cada persona está criando a si misma”. Sólo a pasar los años supe apreciar la verdad de lo que mi papá me dijo. No quiero que mis hijas ni sean pesimistas ni vean el mundo el color de rosa ‒ quiero que sean realistas. Pero, sabes, comencé con este tema - ¿cómo transmito a mis hijas las lecciones que he aprendido de la vida, en particular, de mis experiencias con amores y desamores? ‒ y ahora me siento aterrorizada con la inmensidad del tema. Me pregunto: ¿Qué es, precisamente, que yo aprendÃ? No es que no lo sé ‒ sino tengo la dificultad de ponerlo en las palabras claras y precisas. Al principio pensé que escriba una página en una hora… jajaja… las cosas asà no se escribe en una hora. En los dÃas siguientes, meditaré sobre el asunto, para después volver con el tema. Un gran abrazo para ti, mi nueva amiga. Bienvenida a mi vida y a mi circulo de amistades, Alexandra
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