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ASI_MINOTAURO 69M
462 posts
3/4/2007 4:20 pm

Last Read:
4/12/2011 3:10 pm

Como un toro

Quiero en un dia como hoy, decir lo siguiente. La enseñanza mas grande que me hicieron, fué la desobediencia. Pero la enseñanza mas grande que me hice, fué el respeto. Y digo esto, porque intentando explicarlo, usaré la imagen de un toro. Y el torero.

No hay nada tan patético, como una multitud de espectadores inmóviles, presenciando con indiferencia o entusiasmo el enfrentamiento desigual, entre un noble toro y una cuadrilla de matones desequilibrados, destrozando a un animal inocente, que no entiende la razón de su dolor...
El torero mantendrá en todo momento un diálogo y una lucha con el animal, tratando de someterlo.
En el primero de ellos el diestro torea con el capote y luego con la muleta en vez de con el capote. En ambos, el noble animal juguetea con el trapo rojo dando un espectaculo que miles de personas vitorean gritando OLE OLE. Mientras el noble bruto, sin entender el porqué continua dando vueltas y giros dando a entender su nobleza, al atacar el trapo y no el cuerpo de su agresor, porque de alguna manera entiende que es lo que el torero quiere. El espectáculo resulta bello para aquellos ojos que miran tan solo una danza y que no imaginan el espectaculo de la muerte ya anunciada.
Los propósitos del torero se vislumbran, en el tercer tercio. Ahora bajo el capote tiene una espada. Su intencion es clara y el animal no lo vé. Debe hacer que el animal baje la cabeza y que el orgullo de su raza sea olvidada por un momento. El momento de su muerte. El toro acepta su destino y baja su cabeza. El espectaculo hermoso de la bestia, aceptando la danza que tanto cautivo fué breve, Ahora se aplaude su muerte.

Semejanzas con mi historia. Desde pequeño mi voluntad fue fuerte. Y el destino me hizo tantas cosas afrontar. Tal vez me libre de la muerte unas tantas veces. Otras no me pude librar de mi destino. Soy como ese toro, fuerte y noble, a quien se le puede sacar una gran faena tan solo sabiendo mover el capote. Decir que nunca he permitido que me empujen a un destino, seria mentir de primera. Pienso que un matrimonio, a veces resulta en quimera. La mujer después de la faena lo que busca a primera es bajar la cabeza del noble y luego vitorear su tarea.
Y no he visto que facil sea jalar con una cuerda a un terco toro, que solo quiere ser libre en su morro.



Marthambar
(Martha )
59F

3/10/2007 8:51 am

Esto que describes...la semejanza del ritual del toro y torero, con la vida misma, aunque es una cruda semejanza, lo és, es similar.
No solo en el pasaje de una vida tratando de domar a un alma libre, o en lo del matrimonio., es en sí todo aquello que de por sí es puro, indómito, salvaje, natural, instintivo y ha de ser habilmente manejado por el hombre hasta el punto de doblegarlo y despues al encestarle la ultima picada, verlo desfallecido, finalmente pedecer.
Nunca he entendido bien, los gustos de las sociedades cuando se trata de entretener ese gusto, con el sufrimiento de un ser, sea el que sea., mi padre era un gran aficionado de la fiesta brava y me llevaba a verla a sabiendas que yo tenía mi propio pensar con respecto a lo que ahi sucedía, el me llevaba diciendome, que lo que yo vería en el ruedo, (el me argumentaba a su favor), que si el toro de lidea para eso habia nacido, para ser toreado, que si eso sucedia en la vida y verlo me haria comprender el comportamiento del hombre ante la bestialidad humana., una vez, ví una corrida en donde la actitud del animal fué de tal nobleza y grandeza, que hubo que indultarlo, le quedo grande el toro al hombre y ese día, que no olvidaré, el animal quedó un rato recargdado cerca de donde estabamos nosotros sentados, y te juro, que por un momento sentí que el animal me veía, se me hizo pequeño el estómago y mi corazón se partió en tiritas.
No, no es facil, dominar a quien es libre por naturaleza, defender esa libertad cuesta mucho, banderilladas que duelen, todo pareciera a veces levantarse de frente para cerrarnos paso, y cuando he estado en situaciones así, me recuerdo del "azafrán" asi se llamaba el toro indultado, y recuerdo su mirada y pareciera que me viene su fuerza. Y nomás no me dejo.

Un abrazo fraterno y gracias por compartir tus vivencias con nosotros

Martha