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ASI_MINOTAURO 69M
462 posts
3/27/2007 2:21 pm

Last Read:
10/2/2011 7:03 pm

Un cuento y reflexiones alocadas


Cierto día, Dios decidió empezar un experimento que sea el reflejo de su magnificencia; esto no quiere decir, que estaba orgulloso de lo que había hecho. Estaba complacido. Sólo queria suponer que nada había sido hecho aún. Y decidió dividirse en miles de partes; cada una de las cuales, contenía su pensamiento y su poder infinito. Y pensó: "Es casi como hacerse miles de Dioses. Pero soy solo uno. Soy el Todo y la Nada". Y decidió, que cada una de las miles de partes en las que se había dividido, olvidara que es Dios. "Oculto en cada uno de ellos, dejo mi divinidad, de esa manera sigo siendo el Todo y en cada uno se encuentra el Uno."
De esta manera, Dios se paseaba en cada uno de ellos; y veía el mundo a través de los ojos de una gacela; o en los del lince cuando se disponía a cazar, al mismo tiempo de como la presa sentía el acoso del depredador. Así también se paseaba en cada hombre y mujer del planeta y aprendía de las experiencias, de aquel que no es Dios.
Pasaron miles de años y Dios se complacía en las experiencias de cada una de sus partes. La tarea de Dios, era el aprendizaje mediante la experiencia de aquel que no es Dios. Así, aprendía lo que era el calor de la lava, la paciencia eterna de una piedra, el dolor de una lágrima, el sentimiento del amor y del odio, la ínfima existencia de un grano de arena. En Todo se encontraba y en Nada también estaba. Y aprendía; aunque para hacerlo, debió dejar a su creación al libre albedrío.

Pasaron miles de años y en esos miles, se complacía en aquellos que buscaron y encontraron su esencia. La creación se había iniciado con ésto y con el tiempo, el hombre también empezó a crear. Pero con una diferencia: El hombre crea y su creación no es perfecta. Lo creado se volvía en su contra, y el mundo se transformó en como está hoy. En cambio, las arenas del mar, los insectos, las plantas del bosque, las montañas, el cielo, la tierra, la lluvia, una gota de rocío, el hombre, creaciones que muestran su perfección. Al mismo tiempo, los pensamientos más sublimes, el sentimiento más profundo, y las experiencias más reveladoras indican la presencia de la divinidad interior. No todo está perdido en ésta vida. Debemos sumergirnos en nuestro Yo interno, en nuestro Yo más revelador; mirar muy adentro de nosotros para conseguir alcanzar el conocimiento de Quienes somos en realidad. Una vez hecho esto, estoy seguro que, de alguna manera conseguiremos ser quienes queremos ser.

No hay ningún temor en suponer, que la manera ideal de comunicación es el pensamiento; y que la lentitud de la palabra, con el tiempo será reemplazada por mejores formas de comunicación. Acaso, lo que queremos ocultar hoy en día, no se pueda esconder en el mañana?. La sinceridad, será el pan de cada día? Acaso yo mismo no soy plenamente sincero cuando me interiorizo? Tal vez, exista un pensamiento que domine a mis pensamientos y que sea el pensamiento primero, el más sublime, aquel que demuestra en el fondo, solo amor. Entonces, si la palabra me permite mentir; el pensamiento resulte más revelador; y sea como el tamíz de la mirada y las formas de expresión corporales una mejor forma de comunicación.