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EL CEREBRO PERSIGUE PALABRAS, POR FACUNDO MANES, ARGENTINA. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CE   EL CEREBRO PERSIGUE PALABRAS, POR FACUNDO MANES, ARGENTINA. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS. Los seres humanos estamos atravesados por la escritura como nunca antes en la historia. Muestra de esto es que hoy -- y cada vez más --, nos comunicamos unos con otros de manera instantánea, a través de la escritura: mensajes de texto, chat, WhatsApp, correos electrónicos. Asimismo, compartimos de manera global opiniones en forma escrita en las redes sociales, blogs y foros…de esta manera, la accesibilidad a la información es de naturaleza inmediata. Por ejemplo, para dar con el significado de una palabra o para solucionar una duda ortográfica nos dirigimos directamente en búsqueda de un diccionario en línea, ya sea en la computadora o en el celular. Además, se ha ampliado la manera como interactuamos con las noticias, las crónicas y las columnas de opinión y, en muchas ocasiones, con todo un libro o una biblioteca. Estas transformaciones drásticas en las prácticas de comunicación y consumo cultural evidentes, pero ¿qué hay de las implicaciones que, en nuestro cerebro, derivan de cambiar la lectura en papel por la lectura digital? Leer, en primer lugar, supone reconocer la forma de las letras y, con ellas, las palabras. Pero, además, mientras leemos percibimos la totalidad del texto como si se tratara de un paisaje. Así, construimos una representación mental del mismo, que nos sirve de base para interpretar la información que vamos procesando. Una de las modificaciones estructurales que se da entre la lectura en papel y la digital es que, en esta última, tal experiencia de límite no se produce de manera tan acabada como en la lectura tradicional: tenemos sí una visión parcial en la que podemos movernos hacia adelante o hacia atrás, sobre las líneas del texto, pero NO ESTÁ CLARA ESA NOCIÓN DE FINITUD DEL TEXTO. Por ello, no resulta errada la metáfora de NAVEGAR que se utiliza en INTERNET, ya que no está claro la ruta prefijada, ni tampoco en dónde se encuentra la orilla. Más allá de los dispositivos especiales para la lectura de libros electrónicos, la posibilidad de interacción con el texto también se vuelve diversa con las tradiciones previas, ya que aparece el texto relativamente obturado -- por ejemplo, en FORMATO PDF--, o con capacidad de inserción, sin marcas de límites, entre lo ajeno y lo propio, como en un TEXTO WORD. Por su parte, escribir en los márgenes, subrayar, destacar y regresar a las hojas ya leídas para releer alguna frase, resulta más ligado al libro de papel. Ese sentido de apropiación, a partir de la originalidad del trazo propio, vuelve al objeto algo más próximo. Aunque quizá esto ocurra también por la familiaridad de haberlo hecho siempre así. Es importante entender que la comprensión lectora es un proceso en sí mismo, posterior a la decodificación: primero se lee y después se comprende lo leído. Es por eso que para lograrla eficazmente no resulta relevante una sobre consideración de la variedad de los dispositivos de los que se parta. En tal caso, la pregunta podría darse ligada al impacto en la atención. Como lectores sabemos que no es lo mismo leer en una pantalla que en un libro de papel. Pero también sabemos los beneficios que implica el poder dar con uno u otro dispositivo, según las posibilidades de acceso, las conveniencias y las motivaciones. Lo bueno, de cualquier forma, es que la lectura se dé. Por eso, la clave está, -- más que en el instrumento, el soporte y el canal de las palabras--, en el desarrollo, la capacidad crítica y el bienestar del cerebro lector. CECILIA |
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A todo aquél que visita mi sitio le doy las gracias, pues aún sin conocernos, me honra con el privilegio de su lectura, de su atención y de su inapreciable tiempo. Los invito afectuosamente a que enriquezcan mis notas con sus comentarios y a que continúen visitando mi espacio, que es también el suyo, lugar en donde siempre serán bienvenidos. Saludos solidarios e istmeños de CECILIA  CECILIA
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