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Fragmento de la noveleta de LEONARDO PADURA, LA COLA DE LA SERPIENTE.  He aquí un fragmento de la noveleta de LEONARDO PADURA, LA COLA DE LA SERPIENTE, --cuya reciente lectura me encantó--, que reproduzco con muchísimo gusto para todos Uds. CECILIA   FRAGMENTO DE LA NOVELETA DE LEONARDO PADURA, CUBA, LA COLA DE LA SERPIENTE. SELECCIÓN DE CECILIA R SALAS " (…) la selpiente tiene cola y tiene cabeza. Pol la cabeza se llega a la colita , y pol la colita se llega a la cabeza. Hala la selpiente. Siemple se llega a la otla punta del animal. (…) Tuang-me Wu perdió a su último hijo, pero no dio muestra alguna de dolor. Hizo un bello funeral, recibió las condolencias y algunos amigos hasta lo vieron sonreír. Así pasaron los días y él continuó comportándose como siempre, pues ni siquiera guardó el luto acostumbrado. Al ver esto, un vecino le reclamó por su insensibilidad. Tuang-me Wu le dijo: --- Hubo un tiempo en que yo vivía sin hijos y no estaba acongojado. Cuando murió mi último hijo volví a estar como antes. ¿ Por qué debo estar triste ? Juan Chion haló el humo de su pipa y dejó transcurrir un largo silencio, antes de explicarles que aquella fábula era una de las más conocidas en la tradición taoísta y que aunque él sabía que el mundo real era otra cosa, y que los muertos queridos debían ser llorados, la misma sí enseñaba algunas verdades: que cada cosa, animal o persona viene al mundo con su propio camino, su propio tao, pero que -- a la vez--, no existe nada que sea invariable, pues todo pude convertirse en su contrario; que el hombre sabio debe buscar el carácter esencial de las cosas y observar siempre las leyes naturales de la Vida – el tao de cada una--, para poder entrar en posesión de la sabiduría y llegar al conocimiento de la Verdad. Porque el alma del hombre está compuesta de finísimas partículas materiales llamadas tsin tsi, que llegan y se van, en dependencia de la limpieza o suciedad del órgano de pensar, el tsin. La pipa regresó a la mesa y Juan Chion sonrió: --- Limpia tu tsin, Conde, límpialo bien, para que la veldá pueda llegal a tu alma. Ahí empieza la selpiente. (…)" CECILIA |
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A todo aquél que visita mi sitio le doy las gracias, pues aún sin conocernos, me honra con el privilegio de su lectura, de su atención y de su inapreciable tiempo. Los invito afectuosamente a que enriquezcan mis notas con sus comentarios y a que continúen visitando mi espacio, que es también el suyo, lugar en donde siempre serán bienvenidos. Saludos solidarios e istmeños de CECILIA CECILIA
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