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SOY TU SUEÑO



"Hoy y siempre dejaré entrar a Dios en mi alma”

POEMA DE LA DESPEDIDA
Publicado en:1 Marzo 2010 12:53 pm
Última actualización en:20 Marzo 2012 5:45 pm
11471 vistas
Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mi...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida SIGA PENSANDO EN TI

José Ángel Buesa
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EL AMOR
Publicado en:23 Febrero 2010 3:01 pm
Última actualización en:29 Enero 2013 12:51 pm
11610 vistas
A mi nana..Que cuando tenía
siete años, me regaló este
libro lleno de sabiduría...


Dijo Almitra: Háblanos del Amor.

Y él levantó la cabeza, miró a la gente y una quietud descendió sobre todos. Entonces, dijo con gran voz: Cuando el amor os llame, seguidlo. Y cuando su camino sea duro y difícil.

Y cuando sus alas os envuelvan, entregaos. Aunque la espada entre ellas escondida os hiriera.

Y cuando os hable, creed en él. Aunque su voz destroce vuestros sueños, tal cómo el viento norte devasta los jardines.

Porque, así como el amor os corona, así os crucifica.

Así como os acrece, así os poda.

Así como asciende a lo más alto y acaricia vuestras más tiernas ramas, que se estremecen bajo el sol, así descenderá hasta vuestras raíces y las sacudirá en un abrazo con la tierra.

Como trigo en gavillas él os une a vosotros mismos. Os desgarra para desnudaros.

Os cierne, para libraros de vuestras coberturas. Os pulveriza hasta volveros blancos.

Os amasa, hasta que estéis flexibles y dóciles.

Y os asigna luego a su fuego sagrado, para que podáis convertiros en sagrado pan para la fiesta sagrada de Dios.

Todo esto hará el amor en vosotros para que podáis conocer los secretos de vuestro corazón y convertiros, por ese conocimiento, en un fragmento del corazón de la Vida.

Pero si, en vuestro miedo, buscareis solamente la paz y el placer del amor, entonces, es mejor que cubráis vuestra desnudez y os alejéis de sus umbrales.

Hacia un mundo sin primaveras donde reiréis, pero no con toda vuestra risa, y lloraréis, pero no con todas vuestras lágrimas.

El amor no da nada más a sí mismo y no toma nada más que de sí mismo.

El amor no posee ni es poseído.

Porque el amor es suficiente para el amor.

Cuando améis no debéis decir: Dios está en mi corazón, sino más bien: Yo estoy en el corazón de Dios.

Y pensad que no podéis dirigir el curso del amor porque él si os encuentra dignos, dirigirá vuestro curso.

El amor no tiene otro deseo que el de realizarse.

Pero, si amáis y debe la necesidad tener deseos, que vuestros deseos sean éstos:

Fundirse y ser como un arroyo que canta su melodía a la noche.

Saber del dolor de la demasiada ternura.

Ser herido por nuestro propio conocimiento del amor. Y sangrar voluntaria y alegremente.

Despertarse al amanecer con un alado corazón y dar gracias por otro día de amor.

Descansar al mediodía y meditar el éxtasis de amar. Volver al hogar con gratitud en el atardecer.

Y dormir con una plegaria por el amado en el corazón y una canción de alabanza en los labios
.


Khalil Gibran
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SI UNA ESPINA ME HIERE...
Publicado en:22 Febrero 2010 2:16 pm
Última actualización en:27 Abril 2013 8:15 pm
12547 vistas
¡Si una espina me hiere, me aparto de la espina,
...pero no la aborrezco! Cuando la mezquindad
envidiosa en mí clava los dardos de su inquina,
esquívase en silencio mi planta, y se encamina,
hacia más puro ambiente de amor y caridad.

¿Rencores? ¡De qué sirven! ¡Qué logran los rencores!
Ni restañan heridas, ni corrigen el mal.
Mi rosal tiene apenas tiempo para dar flores,
y no prodiga savias en pinchos punzadores:
si pasa mi enemigo cerca de mi rosal,

se llevará las rosas de más sutil esencia;
y si notare en ellas algún rojo vivaz,
¡será el de aquella sangre que su malevolencia
de ayer, vertió, al herirme con encono y violencia,
y que el rosal devuelve, trocada en flor de paz
!



Amado Nervo
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ME DUELES
Publicado en:21 Febrero 2010 8:30 pm
Última actualización en:1 Octubre 2012 1:20 pm
12961 vistas
Me dueles.
Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza, córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.

Entre los escombros de mi alma búscame,
escúchame.
En algún sitio mi voz, sobreviviente, llama,
pide tu asombro, tu iluminado silencio.

Atravesando muros, atmósferas, edades,
tu rostro (tu rostro que parece que fuera cierto)
viene desde la muerte, desde antes
del primer día que despertara al mundo.

¡Qué claridad tu rostro, qué ternura
de luz ensimismada,
qué dibujo de miel sobre hojas de agua!

Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.
Soy como el de tus ojos,
como una gota de tus ojos soy.
Levántame. De entre tus pies levántame, recógeme,
del suelo, de la sombra que pisas,
del rincón de tu cuarto que nunca ves en sueños.
Levántame. Porque he caído de tus manos
y quiero vivir, vivir, vivir
.


Jaime Sabines
1 comentario
SOLEDAD
Publicado en:19 Febrero 2010 10:43 am
Última actualización en:6 Septiembre 2012 5:14 pm
12250 vistas
Mi madre debió llamarme
Soledad.

Nombre inmenso como el cielo;
nombre amargo como el mar…
Mi madre debió llamarme
Soledad.

Soledad, porque mi boca
se ha olvidado de besar;
porque las rosas se mustian
sin abrirse en mi rosal,
mi madre debió llamarme
Soledad.

Un ángel negro, a mi vera,
siembra mis huertos de sal.
Jazmín que mi mano toca
no reflorece jamás.
Mi madre debió llamarme
Soledad.

Me llaman con otro nombre
que suena a plata y cristal.
Me llaman, mas no respondo;
pues, en mi lírico afán,
yo sé que debí llamarme
Soledad.

Soledad de noche oscura
que presagia tempestad.
Soledad de campo raso
sin un árbol ni un cantar.
Soledad de lo infinito:
Soledad de cielo y mar…
Soledad como la mía:
¡Soledad
!.


Nelly Fonseca Recavarren
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TE HE DE QUERER MIENTRAS VIVA
Publicado en:11 Febrero 2010 2:58 am
Última actualización en:29 Octubre 2013 9:15 pm
13202 vistas
Cuando nos vieron, del brazo,
bajar platicando la Calle Real,
pa las comadres del pueblo
fue la letanía
de nunca acabar:

- Que si puede ser su pare...
- Que es mucho lo que ha corrío...
- Que un hombre así, de sus años,
no es bueno para marío...

Fueron tantas cosas
las que yo sentí,
que al pie de mi reja,
de cara a tus ojos,
me oyeron decir:

Por mi salud, yo te juro
que eres pa mí lo primero,
Y me duele hasta la sangre
de lo mucho que te quiero.

No se me importan tus canas
ni el sentir de los demás,
lo que me importa es que sepas
que te quiero de verdad.

Soy de tus besos cautiva.
Y así escribí en mi bandera:
Te he de querer mientras viva,
compañero, mientras viva,
y hasta después que me muera...

Tú a lo mejor te imaginas
que yo, por tus años,
me voy a cansar...
En el cariño, serrano,
yo me considero
de tu misma edad.

Y no miro a los chavales,
contigo voy orgullosa,
pues me llevas a tu vera
como quien lleva a una rosa...

No le tengas miedo
a mi juventud,
que pa mi persona
no existe en el mundo
nadie más que tú.

Soy de tus besos cautiva.
Y así escribí en mi bandera:
TE HE QUERER MIENTRAS VIVA,
COMPAÑERO, MIENTRAS VIVA,
Y HASTA DESPUÉS QUE ME MUERA

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Y DIOS ME HIZO MUJER
Publicado en:4 Febrero 2010 12:11 pm
Última actualización en:14 Enero 2014 2:38 pm
12651 vistas
Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos, nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo
.


Gioconda Belli
1 comentario
¡ADIÓS!
Publicado en:1 Febrero 2010 7:54 pm
Última actualización en:14 Enero 2014 2:38 pm
12347 vistas
Las cosas que mueren jamás resucitan,
las cosas que mueren no tornan jamás.
¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda
es polvo por siempre y por siempre será!

Cuando los capullos caen de la rama
dos veces seguidas no florecerán...
¡Las flores tronchadas por el viento impío
se agotan por siempre, por siempre jamás!

¡Los días que fueron, los días perdidos,
los días inertes ya no volverán!
¡Qué tristes las horas que se desgranaron
bajo el aletazo de la soledad!

¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas,
las sombras creadas por nuestra maldad!
¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que así se nos van!

¡Corazón... silencia!... ¡Cúbrete de llagas!...
¿de llagas infectas? ¡cúbrete de mal!...
¡Que todo el que llegue se muera al tocarte,
corazón maldito que inquietas mi afán!

¡Adiós para siempre mis dulzuras todas!
¡Adiós mi alegría llena de bondad!
¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que no vuelven más
!


Alfonsina Storni
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LA NIÑA DE GUATEMALA
Publicado en:30 Enero 2010 3:10 pm
Última actualización en:14 Enero 2014 2:38 pm
12891 vistas
Quiero, a la sombra de un ala,
Contar este cuento en flor:
La de Guatemala,
La que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos,
Y las orlas de reseda
Y de jazmín: la enterramos
En una caja de seda.

...Ella dio al desmemoriado
Una almohadilla de olor:
El volvió, volvió casado:
Ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas
Obispos y embajadores:
Detrás iba el pueblo en tandas,
Todo cargado de flores.

...Ella, por volverlo a ver,
Salió a verlo al mirador:
El volvió con su mujer:
Ella se murió de amor.

Como de bronce candente
Al beso de despedida
Era su frente ¡la frente
Que más he amado en mi vida!

...Se entró de tarde en el río,
La sacó muerta el doctor:
Dicen que murió de frío:
Yo sé que murió de amor.

Allí, en la bóveda helada,
La pusieron en dos bancos:
Besé su mano afilada,
Besé sus zapatos blancos.

Callado, al oscurecer,
Me llamó el enterrador:
¡Nunca más he vuelto a ver
A la que murió de amor!


José Martí
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