Fechar Favor digitar seu Nome de Usuário e Senha
Redefinir Senha
Caso tenha esquecido sua senha, digite seu nome de usuário ou endereço de e-mail abaixo. Um e-mail será enviado com um link onde você poderá criar uma nova senha.
Cancelar
Link para redefinir a senha enviado
Link para redefinir a senha enviado para
Confira o seu email e digite o código de confirmação:
Não vê o email?
  • Reenviar link de confirmação
  • Começar novamente
Fechar
Se você tem alguma pergunta, por favor entre em contato com o Serviço ao Cliente

Meu blog

Bem vindo(a) ao meu blog!

algo para compartir: (Image)
Publicado:24 Agosto 2009 4:11 pm
Última Atualização:30 Agosto 2009 3:16 pm
3709 Visitas

EL AMOR CON MIS PIES
Un día cualquiera, al atardecer, mis padres decidieron que iríamos al cine; no puse resistencia y tampoco me emocione tanto, simplemente fuimos.
Entramos al cine, estaba algo lleno, nos demoramos en buscar un lugar y al fin, dos continuos para mis padres y un asiento en la fila de atrás para mi, lo aceptamos y dio comienzo la función.
Solía dormirme en las funciones aquellas que por cierto, eran películas sin mi interés, no fue diferente aquel día, hasta que de pronto siento que mis pies se descalzaban, pero no era yo quien tiraba mi calzado, me senté recta súbitamente, sin mirar a ningún lado contuve hasta mi respiración para con mis oídos descifrar el enigma, lo sentí nuevamente, eran unos pies sobre los míos, me acariciaban cual manos con pétalos de flor, no me moví, y ellos insistieron una y otra vez, tanto en la planta de mis pies como sobre ellos, y estiraban mis dedos con tanta suavidad, tan despacio, tan calidamente, tan ansiosamente.
No nos mirábamos, la vergüenza de lo prohibido no nos permitió, no movía yo ni un solo músculo de mi cuerpo, y él, del suyo tampoco, solo nuestros pies danzaban a un ritmo tan diferente a todo lo que pasaba en nuestro derredor, con la compañía silenciosa y acompasada de nuestra respiración.
Si me preguntan cuanto duró este extraño ritual, no lo sabría decir, ni calcular, para entonces, me pareció una eternidad de placer.
Extrañamente ninguno de los dos parecía cansarse, yo correspondí automáticamente a esas caricias, solo los pies dos míos y dos de aquel extraño sentado junto a mí, sin mirarnos, sin tocar nuestras manos, sin preguntar absolutamente nada.
La voz de mi padre fue el marcador del final, brusco, repentino y el susto llegó a doler mi pecho, su voz decía… vamos ya hija, que hiciste? Te dormiste, ya termino la película, te gusto?, ninguna pregunta respondí mientras mi padre hablaba yo desesperadamente buscaba mis zapatos y me los ponía usando para ello también, solo la habilidad de mis pies.
El extraño pateo un zapato mío para que yo lo tome rápidamente, fue una acción de complicidad solidaria, diría yo.
Me levanté del asiento y me apresuré al tocador de aquel teatro, entonces miré mi rostro al espejo, tenía mis ojos desorbitados, algo de sudor resbalaba por mi frente y una mueca de placer aún estaba presente en mis labios.
Los retiré a todos de inmediato, usando el agua como sanador leal, lo hice con cierta culpa, lo hice con gran alegría interna, secreta y también lo hice retándome como madre castigadora a su hija, Inmediatamente, bosquejé frente al espejo algunos retratos de mi rostro y sus expresiones, me gusto una que parecía serena y contenta, salí hasta donde mis padres ya hacían irritados por el tiempo que tenían esperándome, me aseguré de que miraran mi rostro inventado que estaba a punto de desaparecer, tengo la seguridad de que ni se fijaron en él.
Tomamos el bus de regreso y ya en casa, sobre mi cama y a solas repasé el acontecimiento cuantas veces pudo mi mente, concluyendo en que sin entender nada, fue algo realmente delicioso, incluso pensé que tal ves sí me dormí, que fue solo un sueño… Hasta hoy día no sé que fue aquello que viví, y quién sería él?
Autora: Roxiwicana
0 comentários
algo para compartir: (Image)
Publicado:24 Agosto 2009 4:10 pm
Última Atualização:26 Maio 2024 10:19 am
3230 Visitas

EL AMOR CON MIS PIES
Un día cualquiera, al atardecer, mis padres decidieron que iríamos al cine; no puse resistencia y tampoco me emocione tanto, simplemente fuimos.
Entramos al cine, estaba algo lleno, nos demoramos en buscar un lugar y al fin, dos continuos para mis padres y un asiento en la fila de atrás para mi, lo aceptamos y dio comienzo la función.
Solía dormirme en las funciones aquellas que por cierto, eran películas sin mi interés, no fue diferente aquel día, hasta que de pronto siento que mis pies se descalzaban, pero no era yo quien tiraba mi calzado, me senté recta súbitamente, sin mirar a ningún lado contuve hasta mi respiración para con mis oídos descifrar el enigma, lo sentí nuevamente, eran unos pies sobre los míos, me acariciaban cual manos con pétalos de flor, no me moví, y ellos insistieron una y otra vez, tanto en la planta de mis pies como sobre ellos, y estiraban mis dedos con tanta suavidad, tan despacio, tan calidamente, tan ansiosamente.
No nos mirábamos, la vergüenza de lo prohibido no nos permitió, no movía yo ni un solo músculo de mi cuerpo, y él, del suyo tampoco, solo nuestros pies danzaban a un ritmo tan diferente a todo lo que pasaba en nuestro derredor, con la compañía silenciosa y acompasada de nuestra respiración.
Si me preguntan cuanto duró este extraño ritual, no lo sabría decir, ni calcular, para entonces, me pareció una eternidad de placer.
Extrañamente ninguno de los dos parecía cansarse, yo correspondí automáticamente a esas caricias, solo los pies dos míos y dos de aquel extraño sentado junto a mí, sin mirarnos, sin tocar nuestras manos, sin preguntar absolutamente nada.
La voz de mi padre fue el marcador del final, brusco, repentino y el susto llegó a doler mi pecho, su voz decía… vamos ya hija, que hiciste? Te dormiste, ya termino la película, te gusto?, ninguna pregunta respondí mientras mi padre hablaba yo desesperadamente buscaba mis zapatos y me los ponía usando para ello también, solo la habilidad de mis pies.
El extraño pateo un zapato mío para que yo lo tome rápidamente, fue una acción de complicidad solidaria, diría yo.
Me levanté del asiento y me apresuré al tocador de aquel teatro, entonces miré mi rostro al espejo, tenía mis ojos desorbitados, algo de sudor resbalaba por mi frente y una mueca de placer aún estaba presente en mis labios.
Los retiré a todos de inmediato, usando el agua como sanador leal, lo hice con cierta culpa, lo hice con gran alegría interna, secreta y también lo hice retándome como madre castigadora a su hija, Inmediatamente, bosquejé frente al espejo algunos retratos de mi rostro y sus expresiones, me gusto una que parecía serena y contenta, salí hasta donde mis padres ya hacían irritados por el tiempo que tenían esperándome, me aseguré de que miraran mi rostro inventado que estaba a punto de desaparecer, tengo la seguridad de que ni se fijaron en él.
Tomamos el bus de regreso y ya en casa, sobre mi cama y a solas repasé el acontecimiento cuantas veces pudo mi mente, concluyendo en que sin entender nada, fue algo realmente delicioso, incluso pensé que tal ves sí me dormí, que fue solo un sueño… Hasta hoy día no sé que fue aquello que viví, y quién sería él?
Autora: Roxiwicana
0 comentários
algo para compartir: (Image)
Publicado:24 Agosto 2009 4:09 pm
Última Atualização:26 Maio 2024 10:19 am
3347 Visitas

EL AMOR CON MIS PIES
Un día cualquiera, al atardecer, mis padres decidieron que iríamos al cine; no puse resistencia y tampoco me emocione tanto, simplemente fuimos.
Entramos al cine, estaba algo lleno, nos demoramos en buscar un lugar y al fin, dos continuos para mis padres y un asiento en la fila de atrás para mi, lo aceptamos y dio comienzo la función.
Solía dormirme en las funciones aquellas que por cierto, eran películas sin mi interés, no fue diferente aquel día, hasta que de pronto siento que mis pies se descalzaban, pero no era yo quien tiraba mi calzado, me senté recta súbitamente, sin mirar a ningún lado contuve hasta mi respiración para con mis oídos descifrar el enigma, lo sentí nuevamente, eran unos pies sobre los míos, me acariciaban cual manos con pétalos de flor, no me moví, y ellos insistieron una y otra vez, tanto en la planta de mis pies como sobre ellos, y estiraban mis dedos con tanta suavidad, tan despacio, tan calidamente, tan ansiosamente.
No nos mirábamos, la vergüenza de lo prohibido no nos permitió, no movía yo ni un solo músculo de mi cuerpo, y él, del suyo tampoco, solo nuestros pies danzaban a un ritmo tan diferente a todo lo que pasaba en nuestro derredor, con la compañía silenciosa y acompasada de nuestra respiración.
Si me preguntan cuanto duró este extraño ritual, no lo sabría decir, ni calcular, para entonces, me pareció una eternidad de placer.
Extrañamente ninguno de los dos parecía cansarse, yo correspondí automáticamente a esas caricias, solo los pies dos míos y dos de aquel extraño sentado junto a mí, sin mirarnos, sin tocar nuestras manos, sin preguntar absolutamente nada.
La voz de mi padre fue el marcador del final, brusco, repentino y el susto llegó a doler mi pecho, su voz decía… vamos ya hija, que hiciste? Te dormiste, ya termino la película, te gusto?, ninguna pregunta respondí mientras mi padre hablaba yo desesperadamente buscaba mis zapatos y me los ponía usando para ello también, solo la habilidad de mis pies.
El extraño pateo un zapato mío para que yo lo tome rápidamente, fue una acción de complicidad solidaria, diría yo.
Me levanté del asiento y me apresuré al tocador de aquel teatro, entonces miré mi rostro al espejo, tenía mis ojos desorbitados, algo de sudor resbalaba por mi frente y una mueca de placer aún estaba presente en mis labios.
Los retiré a todos de inmediato, usando el agua como sanador leal, lo hice con cierta culpa, lo hice con gran alegría interna, secreta y también lo hice retándome como madre castigadora a su hija, Inmediatamente, bosquejé frente al espejo algunos retratos de mi rostro y sus expresiones, me gusto una que parecía serena y contenta, salí hasta donde mis padres ya hacían irritados por el tiempo que tenían esperándome, me aseguré de que miraran mi rostro inventado que estaba a punto de desaparecer, tengo la seguridad de que ni se fijaron en él.
Tomamos el bus de regreso y ya en casa, sobre mi cama y a solas repasé el acontecimiento cuantas veces pudo mi mente, concluyendo en que sin entender nada, fue algo realmente delicioso, incluso pensé que tal ves sí me dormí, que fue solo un sueño… Hasta hoy día no sé que fue aquello que viví, y quién sería él?
Autora: Roxiwicana
0 comentários
Comunicandonos
Publicado:19 Agosto 2009 3:21 pm
Última Atualização:2 Setembro 2009 7:46 pm
3450 Visitas
reflexiones... poesia...cuento
compartir junto a expresiones filosoficas profundas y serias, estas invitado/a.

image
1 comentário

Para direcionar um link à este blog ([blog roxiwicana]) use [blog roxiwicana] em suas mensagens.