Close Please enter your Username and Password
Reset Password
If you've forgotten your password, you can enter your email address below. An email will then be sent with a link to set up a new password.
Cancel
Reset Link Sent
Password reset link sent to
Check your email and enter the confirmation code:
Don't see the email?
  • Resend Confirmation Link
  • Start Over
Close
If you have any questions, please contact Customer Service


elias2372
(elian mendoza)
52M
47 posts
10/9/2009 6:23 am

Last Read:
3/30/2010 4:24 pm

.......¡¡¡¡¡ LA VISITA (la soledad a solas)...........!!!!!!!


En la noche, salió de su casa.
No importaba dónde, no lo dijo, salió de su casa.
Hacía ya tiempo que no temía al miedo,
que la oscuridad no era una amenaza.
Hacía mucho tiempo que era su aliada.
Caminó sola, como siempre cuando en la noche
se decidía ir a visitarle, sola, como ella sola,
sola con el peso de la noche y el aire.
Presurosa, por entre los árboles,
por donde ni un alma caminaba
por donde otros no andan en la noche,
por donde la soledad es más sola
que el mismo cielo negro, centelleante.
Llegó tras de las rejas, la puerta cerrada.
Como siempre a esas horas, y sin reproches.
Y le habló, como siempre le hablaba
en tantas y tantas noches:
"Hola cariño, aquí estoy, tardé pero estoy.
Se que no me vas a contestar, no pasa nada
me basta con que me escuches, estoy cansada.
Déjame que me siente ahí en ese banco
tú me oyes igual y yo así descanso.
¿Sabes? no se si lo estoy haciendo bien
desde que te fuiste de casa ando perdida,
¡ estaba tan acostumbrada a tu compañía!.
Yo hoy solo quiero pedirte una cosa,
ven a casa un rato, no te pido más.
No es necesario que sea para siempre
solo unas horas, minutos, poderte abrazar".

Y no le respondió, sólo en la negrura espesa
los grillos daban su concierto nocturno.
Hcía algo de frío, con la rebeca en los hombros
cruzó los brazos como si quisiera darse calor.
Calor a sí misma, solo un poco de calor
en su alma pesada como yunque a cuestas.
Miraba la puerta, pero nadie abría,
estaba acostumbrada a eso, siempre sucedía.
Después de largo rato mirando las rejas
se levantó despacio, para despedirse de el:

"Adios cariño, buenas noches, me voy,
sabía que no ibas a contestarme pero se
que has estado escuchandome.
Ven un rato a casa, no te quedes si no puedes
pero ven, abrazame, dime que estás bien
y entonces mi alma se librará de este peso.
Un beso mi amor, un beso y no me olvides,
que tú por siempre en mí vives".

Se levantó despacio, sin paso presuroso
y comenzó a desandar el camino andado.
Al dar tres o cuatro pasos, como siempre
se dió la vuelta y mirando el enrejado
no pudo reprimir el sollozo triste, desesperado.
Y sólo se repitió lo que leyó a un poeta,
siempre lo recordaba cuando visitaba esa puerta:

" Adios cariño adios, razón tenía quien lo dijo,
y qué malo tuvo que ser su momento al escribir:
¡qué solos se quedan los muertos........!"