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Blogs > Lina0610 > Sin daños a terceros |
QUIERO SER GRANDE YA ‘¿Para qué?’, me dijo una amiga cuando le comenté que ya deseaba tener una edad avanzada. Lo que pasa es que ella no ha reflexionado sobre las maravillosas ventajas que vienen con el paso del calendario. Me puse a pensar en ellas hace poco, cuando escuché a una conocida contar que unas semanas atrás en su trabajo habÃan organizado una fiesta de piscina. Todas las compañeras estaban algo inquietas por lo que deberÃan usar para ese dÃa. Con razón o sin ella, les daba pena mostrar sus rollitos. En una de las tantas conversaciones que hubo sobre el tema de ‘y tú qué te vas a poner’ la trabajadora más antigua de la empresa -mucho más allá de la edad de jubilación- intervino para decir ‘pues yo me pondré biquini’. Esa es la clase de desparpajo feliz, que le viene a uno con la edad. Mucha mala propaganda se le ha hecho a envejecer, olvidando sus beneficios. La mayorÃa de la gente que se cuenta entre los adultos mayores dice lo que piensa, no importa quien ande por allà cerca. No se sonrojan por cualquier cosa porque, como decÃa la abuela de una amiga, ‘quien tiene pena ni almuerza ni cena’. Esas personas no dudan en decirle sus verdades a esos jovenzuelos de 48 años que en el banco hacen fila en la de los jubilados. Para esos regañados lo mejor es aguantarse, porque ni siquiera el hecho de que la fila estaba vacÃa, y no habÃa ni un jubilado a la vista, calma su indignación. Paciencia, en unos años, ya le tocará el turno de regañar a otros. Esa sinceridad es la razón por la que lo jubilan a uno a cierta edad. A los jefes no les hace tantita gracia tener por allà a una persona experimentada y que dice lo que le viene en gana. En este paÃs donde todo el mundo se aguanta malos tratos y hasta se da propina a cambio, hacen falta más valientes de edad avanzada. No conforme con que en esa etapa de la vida uno dice lo que quiere, también tiene el privilegio de usar el oÃdo selectivo: uno oye lo que le conviene y el resto se hace el que no oyó. Nadie, aunque lo sospeche, se atreverá a decir ‘¿usted es o se hace?’. Y si alguien osa hacerlo siempre se puede fingir que se oyó o poner en su lugar a aquel fresco con una afilada respuesta. Qué alivio poder llegar a una etapa de la vida donde ya quedaron atrás las crisis de identidad. Usted no verá a nadie de setenta años correr a perforarse el cuerpo ni ir a buscar desesperadamente mallas porque Madonna se las puso. Esas zoquetadas. Lo mejor, ya nadie le echa a uno cuentos. Los nietos y el resto de jovencitos creen que los señores mayores no se dan cuenta de lo que pasa. Claro que se dan cuenta, pero por sabidurÃa prefieren hacerse los que no. Cuando el resto va, ya ellos han ido y venido varias veces del molino. Por mi inexperiencia juvenil sé que he ofrecido una raquÃtica descripción de las bondades que vienen con la edad, asà que les ruego a los señores que ya están en esa etapa que me perdonen, y de paso tengan la amabilidad de escribirme otras ventajas que pasé por alto. Tal vez aquella señora de la historia de la que les contaba al principio no usó el biquini. Pero si no lo hizo fue solo porque no le dio la gana. besos lina |
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Muy interesante tu refelexion sobre el conocimiento de los viejos, yo me siento super bien, y espero ser mas viejo, pero con humor, alegria, profundidad y sabiduria...y desde siempre la vida la disfruto, a pesar de altibajos. te saludo y te felicito por tu proyección y fineza, y por esos ojos espaciales, y ademas me visitastes con buen animo.
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