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ESTIMADO LECTOR Y VISITANTE.

SIENTO UNA GRAN COMPLACENCIA PORQUE, SIN CONOCERNOS, ME HONRAS CON EL PRIVILEGIO DE TU VISITA, DE TU LECTURA, DE TU ATENCIÓN, DE TU INAPRECIABLE TIEMPO.

TE INVITO AFECTOSAMENTE A QUE ENRIQUEZCAS MIS NOTAS CON TUS COMENTARIOS Y A QUE CONTINÚES VISITANDO MI SITIO, QUE ES TAMBIÉN EL TUYO, LUGAR EN DONDE SIEMPRE SERÁS BIENVENIDO TODAS LAS VECES QUE DETERMINES INGRESAR.

SALUDOS SOLIDARIOS E ISTMEÑOS DE

CECILIA



FRAGMENTO DE LA POESÍA PATRIA, POR RICARDO MIRÓ, PANAMÁ. VERSOS SELECCIONADOS POR CECILIA R SALAS
Posted:Nov 1, 2022 12:33 pm
Last Updated:Nov 5, 2022 11:01 am
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CECILIA ✍️✍️✍️✍️✍️

NOVIEMBRE, MES DE LA PATRIA PANAMEÑA



FRAGMENTO DE LA POESÍA PATRIA, POR RICARDO MIRÓ, PANAMÁ. VERSOS SELECCIONADOS POR CECILIA R SALAS

(…)”La patria es el recuerdo... Pedazos de la vida
envueltos en jirones de amor o de dolor;
la palma rumorosa, la música sabida,
el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor.

La patria los viejos senderos retorcidos
que el pie, desde la infancia, sin tregua recorrió,
en donde los árboles antiguos conocidos
que al alma le conversan de un tiempo que pasó. (…)

(...)¡Oh patria tan pequeña que cabes toda entera
debajo de la sombra de nuestro pabellón:
quizás fuiste tan chica para que yo pudiera
llevarte por doquiera dentro del corazón!”.






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LOS ADVERTIDOS, POR LEONARDO PADURA. TEXTO SELECCIONADO POR CECILIA R SALAS
Posted:Oct 31, 2022 9:44 am
Last Updated:Oct 31, 2022 9:46 am
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CECILIA ✍️✍️✍️✍️✍️



LOS ADVERTIDOS, POR LEONARDO PADURA. TEXTO SELECCIONADO POR CECILIA R SALAS

Uno de los más bellos relatos de ALEJO CARPENTIER se denomina LOS ADVERTIDOS, en el que - permítanme sintetizarlo - cuenta una historia conmovedora: la del anuncio celestial, al héroe mitológico indoamericano AMALIWAK, acerca de la llegada de grandes trastornos a la vida del hombre.

Sin saber la última razón de los dioses, AMALIWAK debe preparar una gigantesca embarcación en la que albergará a su familia y a
una pareja de cada uno de los animales que habitan la tierra.

Como ya lo recordará el lector, comienza entonces a caer una “Lluvia de cólera de Dioses”, según la llama CARPENTIER, que azota a la tierra, durante un tiempo que el sabio AMALIWAK es incapaz de calcular.

El giro magnífico del relato se produce cuando , al cesar la lluvia y estar el mundo anegado, la canoa de AMALIWAK comienza a encontrarse con naves iguales y diferentes a la suya, en donde vienen otros hombres de diversas partes del mundo y del tiempo, todos “advertidos” como él, de que se acercaba la gran catástrofe.

Del REINO de SIN se ha salvado, con su familia y animales, un anciano de tez amarilla; de la TIERRA del OLIMPO, los escogidos han sido el rey de PITIA, DEUCALION, hijo de PROMETEO, y su esposa PIRRA; de la TIERRA ELECTA de YAHVÉ viene el anciano NOÉ, con sus seiscientos años a cuestas , y de la REGIÓN de la BOCA DE LOS RÍOS el salvado es el babilonio UTNAPISHTIN, advertido por el gran DIOS ENLIL.

Todos ellos han tenido el privilegio divino de cruzar las fronteras del porvenir y recibir instrucciones de lo arcano, con la misión de salvar la vida en la Tierra, en un momento en que el Creador, encolerizado por la perversidad y la corrupción humanas, decide destruir el mundo con un diluvio bien llamado universal, capaz de reunir, en las pocas páginas de este relato, varias leyendas sobre la llegada de la gran lluvia purificadora.

“Todo está en saber si los hombres habrán salido mejores de esta aventura”, piensa AMALIWAK, y CARPENTIER se encamina hacia el cierre de su narración.

Los profetas y sabios de los orígenes de la humanidad pensante, tan cercanos a sus creadores ( NOÉ es la décima generación de ADÁN y EVA, según el GÉNESIS ), podían tener el privilegio de que sus divinidades les advirtieran sobre las consecuencias de la depravación de la raza humana, la que sería cruelmente castigada por sus actos contra la Naturaleza y contra sí mismos.

Los hombres del siglo XXI, -- tan lejanos de los dioses, tanto que, en ocasiones, hemos refutado su existencia -- tenemos, en cambio, la fortuna de que la Ciencia ( y la realidad misma ) nos hagan advertencias similares, que quizás todavía estemos a tiempo de escuchar, sin que debamos comenzar a construir un arca en el patio de nuestras casas.3

Es evidente que nunca como hoy, los seres humanos hemos estado tan advertidos de la gravedad de nuestros actos, contra una Naturaleza que nos incluye.

Cifras espeluznantes, vaticinios apocalípticos y evidencias tenebrosas nos acompañan cada día, para anunciarnos que el desastre es cada vez más inminente.

Nunca, como hoy, la raza pensante ha tenido la responsabilidad de luchar por su propia subsistencia, sobre el planeta donde se concretó el gran milagro de la vida inteligente.

Pero los pronósticos cada vez más desalentadores.

Tan sólo las evidencias de que los osos siberianos hayan perdido el sueño por la tardanza de la llegada del invierno; el que un glacial ártico se haya desquebrajado y la amenaza de que, al derretirse, hará aumentar el nivel de los mares, o de que cada nuevo año podría ser uno de los más calurosos vividos en la Tierra, desde los días de la muerte de los dinosaurios, nos deberían bastar para enfrentarnos a lo evidente, y detenernos violentamente.

Determinadas acciones locales, cada vez más extendidas, han comenzado a realizarse en el mundo, para salvar a la Naturaleza y, con ella, a los seres humanos que la viven y explotan.

Sin embargo, causan verdadero pavor ( por el nivel de irresponsabilidad que ello entraña ), la lentitud global para enfrentar el más grande desafío que se le ha presentado a la humanidad, así como la indolencia, incluso, con que muchos gobiernos -- entre más poderosos, más indolentes --, asumen el riesgo de un futuro de más y mayores catástrofes naturales, simplemente por preservar las ganancias y hegemonías del presente.

Hace varios siglos, los descendientes de DEUCALIÓN y PIRRA establecieron la existencia de un juego dialéctico entre el exceso y el castigo.

Pareciera ser que el ser humano debería haber tenido tiempo suficiente, desde entonces, para aprender la necesidad de los equilibrios, en cada uno de sus comportamientos, y en su relación con el mundo circundante.

Sin embargo, no ha sido así y, lamentablemente, no parece que las cosas cambiarán demasiado pronto, en ese sentido.

Maremotos o tsunamis, huracanes, lluvias, sequías, calores y olas de frío desaforadas… esas las advertencias de los “dioses”, a los humanos de hoy, por sus excesos.

¿Seremos tan sordos como para no oír esas llamadas de la Naturaleza, que nuestros remotos antepasados ponían en bocas divinas?

Hoy en día, la humanidad vive una encrucijada dramática, con la conciencia y certeza de que hasta es posible calcular el tiempo de acción que le queda a este tercer acto.

El agotamiento de las reservas de combustibles fósiles; la escasez de agua que ya sufren millones de seres; la imposibilidad de la tierra para deglutir todos los detritus naturales -- mierda humana incluida -- , las sustancia tóxicas y radioactivas, así como la emisión de gases de efecto invernadero en cantidades inadmisibles, ponen ante el humano moderno el reloj geológico e histórico con la alarma activada, y marcando la hora de sonar, cada vez más cercana.

La inteligencia ha sido el signo distintivo de una especie capaz de elevarse sobre todas las demás, en un pequeño y afortunado planeta de la Vía Láctea.

Sólo esa fabulosa cualidad de pensar y razonar puede salvar hoy al género humano, aunque al ritmo como van las cosas, con tan pocos líderes mundiales y voluntades individuales dispuestos no sólo a pensar, sino a actuar drásticamente, todo parece indicar que las campanas sonarán , y no podremos preguntar por quién: doblan por todos nosotros, por los hijos y los nieto nuestros.

¡Ya estamos más y mejor advertidos que NOÉ y que AMALIWAK…!






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HAZTE UN CAMINO. CRÉDITOS A QUIEN LOS MEREZCA. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS
Posted:Oct 28, 2022 1:11 pm
Last Updated:Oct 28, 2022 1:13 pm
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CECILIA ✍️✍️✍️✍️✍️



HAZTE UN CAMINO. CRÉDITOS A QUIEN LOS MEREZCA. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS

Hazte un camino, apisónalo bien.
Sé fiel a lo que crees y
a lo que piensas;
fortalece tu filosofía de vida,
y encuentra personas
cuyas mentes coincidan con la tuya.

Elige gente con corazones sanos
y perdona.

No te atasques
en el lodo, sal rápido de él.

Aprovecha
tu tiempo, tente paciencia
cuídate y sueña...
sueña mucho,
sueña alto y lejos,
porque esos sueños
los que te mantendrán
siempre vivo…






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ACEPTA ENVEJECER, CRÈDITOS A QUIEN LOS MEREZCA
Posted:Oct 24, 2022 11:31 am
Last Updated:Oct 24, 2022 11:33 am
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CECILIA ✍️✍️✍️✍️✍️



ACEPTA ENVEJECER, CRÉDITOS A QUIEN LOS MEREZCA.

Déjate envejecer.
Cumple años,
que es un privilegio
andar durante tanto tiempo
y ser parte de la Tierra.

Deja que tu piel adquiera
la memoria de las emociones vividas.
Que tu mente atesore los recuerdos
de las cosas que ya no existen.

Déjate las lágrimas y las alegrías;
déjate la Vida,
cada vez que hagas algo.

No tengas miedo a arrugarte,
ni a perder la belleza física,
porque hay personas
que se fueron muy pronto,
que no vieron crecer a sus hijos;

Hay gente que se fue, cuando aún les quedaba tanto por vivir
y que hubieran dado todo por hacerse mayores.

Celebra cada vez no haber muerto todavía.
Celebra tu cuerpo, que aún no es un despojo.
Celebra tu falta de cabello,
acaricia los surcos de tus arrugas,
los achaques y las tediosas rutinas.

Acepta envejecer.
Siéntete orgullosa por haber sobrevivido;
hazlo con dignidad y alegría.

Piensa que lo conseguiste.
Que superaste guerras y enfermedades,
desamores y accidentes.

Y tú, aquí,
sin dejarte arrastrar.
Y tú, ahí:
una preciosa huella en la historia
de la humanidad...
dejando huellas al andar.






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LOS LIBROS DESDEÑADOS POR SUS AUTORES, POR JOSÉ LUIS DÍAZ-GRANADOS. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR
Posted:Oct 17, 2022 11:37 am
Last Updated:Oct 18, 2022 8:28 am
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CECILIA ✍️✍️✍️✍️✍️

Les presento algunos interesantes comentarios acerca de grandes escritores y sus singulares comportamientos, en lo que concierne al parcial rechazo, negación y ocultación de algunos de sus libros y, en ocasiones, de la total destrucción de su obra, por parte de sus respectivos autores.



LOS LIBROS DESDEÑADOS POR SUS AUTORES, POR JOSÉ LUIS DÍAZ-GRANADOS. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS.

Cuando BORGES publicó OTRAS INQUISICIONES , en 1952, algunos lectores y admiradores, sorprendidos por la belleza, la perfecciónformal y el contenido inusitado de sus textos, preguntaron intrigados si el adjetivo del título obedecía a que ya existían unas inquisiciones.

Muchos años después, el controvertido autor porteño declaró al respecto a ANTONIO CARRIZO, en entrevista recogida en BORGES EL MEMORIOSO (México, D. F., Fondo de Cultura Económica, 1982), cito: “(…) Sí, este libro, OTRAS INQUISICIONES, presupone un libro que yo he dejado caer (...)”.

Se refería a INQUISICIONES, publicado en 1935, “(…) un libro realmente bochornoso, pero que, sin embargo me fue necesario. Por eso éste se llama OTRAS INQUISICIONES, pero no para recordar el otro, sino para taparlo, para anularlo.”, finaliza declarando BORGES.

Ya antes había hecho algo similar con LUNA DE ENFRENTE, publicado en 1925. Los libros iniciales de BORGES fueron tres poemarios: FERVOR DE BUENOS AIRES (1923), LUNA DE ENFRENTE (1925) y CUADERNO SAN MARTÍN (1929), pero siempre que tuvo oportunidad, el propio autor suprimió el segundo de las antologías preparadas por él mismo y de sus compilaciones personales. Sin embargo, aparece en las sucesivas ediciones de sus OBRAS COMPLETAS.

"Es el libro que yo quería omitir, pero mis editores no me dejaban ---decía---. Yo creo que sería mejor pasar de FERVOR DE BUENOS AIRES a CUADERNO SAN MARTÍN y omitir ese mal paso que yo di... bueno, sin necesidad, como dijo la costurerita de EVARISTO CARRIEGO."
Algo similar le ocurrió a NERUDA, cuando conoció en ESPAÑA la hondura dulce de la solidaridad y la esperanza. Entonces renegó de su libro RESIDENCIA EN LA TIERRA (1933-1935), considerada por muchos su obra capital, donde se expresa en verbalidades hasta entonces desconocidas en la poesía iberoamericana y donde altera, para siempre, el idioma español.

NERUDA había tenido noticias de que un joven chileno se había quitado la vida y de que en sus manos hallaron un ejemplar de RESIDENCIA EN LA TIERRA.

Para su autor, este episodio fue una de las experiencias más amargas de su vida y, desde ese momento, no quiso saber más de, cito: "(…) aquel libro desdichado."

Cuando el poeta visitó HUNGRÍA, a comienzos de la década del 50, y los traductores húngaros le pidieron autorización para verter dicho libro a su idioma, NERUDA rechazó de plano la solicitud, diciendo, cito: "(…) Es poesía de la desesperanza, poesía que no ayuda a vivir, sino a morir.”

Sin embargo, pocos años después, en sus OBRAS COMPLETAS, publicadas por Editorial Losada de Buenos Aires, NERUDA dio su absolución y apareció en su totalidad el libro ninguneado.

Así, el desfile de las criaturas literarias desdeñadas por sus propios padres, se hace interminable. Sólo hasta muy avanzada su vida, JULIO CORTÁZAR reconoció a regañadientes que, antes de su primer libro oficial, LOS REYES (1949), había publicado una colección de sonetos titulada PRESENCIA --1938-- , firmada con el seudónimo de JULIO DENIS.

De la misma manera, tuvieron que pasar muchos años y caer mucha gloria sobre la parábola vital y literaria de GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, para que aceptara la publicación de sus primeros cuentos escritos entre 1947 y 1954.

Sólo dos décadas después, dio su autorización para que esos relatos fueran recogidos en un libro, bajo el título de OJOS DE PERRO AZUL (1974).

Pero no todos los casos de auto-omisión de una obra obedecen al menosprecio estético. En 1971, el peruano MARIO VARGAS LLOSA publicó un voluminoso estudio titulado GARCÍA MÁRQUEZ. HISTORIA DE UN DEICIDIO, en el cual abordó por primera vez la raigambre profunda de la narrativa del colombiano.

Este libro se convirtió inmediatamente en manual obligado de consulta, para los millares de lectores de la obra del fabulista de Macondo, pero en MÉXICO tuvo lugar un incidente personal entre los dos escritores, lo que, sumado a una diametral divergencia ideológica, de modo absurdo forzó a VARGAS LLOSA a desautorizar bruscamente todo tipo de reimpresión, traducción y promoción de un tratado tan juicioso y rotundo.

Otros motivos, aparentemente comprensibles, llevan a los autores a esconder sus libros y a borrar sus títulos de las respectivas bibliografías.

MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS publicó en 1923 un ensayo juvenil, EL PROBLEMA SOCIAL DEL INDIO, con el cual había obtenido, en GUATEMALA, su doctorado en Derecho.

Este libro prácticamente nunca existió, hasta cuando su autor recibió el Premio Nobel en 1967, y los estudiosos escudriñaron en las profundidades de su prehistoria literaria.
Igual ocurrió con el mexicano CARLOS FUENTES. Quizá por razones meramente literarias, olvidó que tres años antes de la publicación de su primer libro narrativo, LOS DÍAS ENMASCARADOS, en 1954, había dado a la luz un ensayo jurídico titulado LA CLÁUSULA REBUS SIC STANTIBUS EN EL DERECHO INTERNACIONAL.

Su compatriota OCTAVIO PAZ optó, empero, por decisiones más drásticas: sencillamente borró de un plumazo libros enteros de su autoría, por razones políticas.

En ninguna de sus compilaciones poéticas aparecen sus libros primigenios, LUNA SILVESTRE y ¡NO PASARÁN!, pero, en cambio, autorizó la inclusión de su ELEGÍA, dedicada a un compañero muerto en el frente de ARAGÓN, ESPAÑA, que, tras haberlo llorado en su poema, posteriormente comprobó que se hallaba vivo y saludable en la CIUDAD LUZ.

SARAMAGO, a su vez, no quiso recordar su primera novela, TIERRA DE PECADO, publicada en 1947, y sus asiduos lectores no saben qué hacer para que algún viejo amigo del Premio Nobel portugués lo desentierre de alguna biblioteca privada.
El genial andaluz JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, con su talante perfeccionista y monomaníaco con respecto a su Obra --así, con mayúscula, como él lo escribía--, ordenaba y desordenaba continuamente sus libros. Revolvía las secciones y el orden cronológico y un día decidió, arbitrariamente, que sus libros publicados antes de 1923 no pasaban de ser, cito: "(…) unos borradores silvestres."

Con la anterior afirmación desdeñaba, por lo menos, 25 libros publicados entre 1900 y 1923, tales como BALADAS DE PRIMAVERA, LA SOLEDAD SONORA, PLATERO Y YO, SONETOS ESPIRITUALES Y ETERNIDADES.

Sería interminable ocuparnos del largo listado de autores que, por razones diversas, han desdeñado uno o más libros de su autoría, pero quizá los ejemplos más extremos podrían ser los de FRANZ KAFKA quien, no contento con renegar de las pocas obras que logró ver publicadas en su corta vida, ordenó a su amigo MAX BROD que, a su muerte, quemara la totalidad de sus manuscritos.

Similar es el caso del poeta norteamericano EZRA POUND, quien, luego de haber publicado 50 libros ---poesía, crítica y economía---, declaró, poco antes de morir, que su vida no había sido otra cosa que, cito: “(…) un error.”






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EL REFUGIO DE LA RELECTURA, POR LEONARDO PADURA, CUBA. TEXTO SELECCIONADO POR CECILIA R SALAS.
Posted:Oct 11, 2022 12:52 pm
Last Updated:Oct 11, 2022 1:19 pm
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CECILIA ✍️✍️✍️✍️✍️



EL REFUGIO DE LA RELECTURA, POR LEONARDO PADURA, CUBA. TEXTO SELECCIONADO POR CECILIA R SALAS.

Hace unos ocho, diez años, con ese retraso, a veces benéfico pues suele asentar las cosas y, empecinadamente, colocarlas en su sitio -- o al menos, despojarlas de las efímeras alharacas de la moda y las coyunturas --, descubrí la literatura de PAUL AUSTER.

El primero de sus libros que cayó en mis manos fue la famosa TRILOGÍA DE NUEVA YORK, y recuerdo haber sentido el estremecimiento profundo que le provoca a un lector el encuentro con un escritor que se ha anticipado a la posibilidad de elaborar y plasmar obsesiones comunes.

Como cuenta uno de los personajes de SALINGER, me dominó entonces el deseo de poder marcar un número de teléfono para hablar con mi amigo PAUL y simplemente decirle que su literatura no sólo me resultaba maravillosa y reveladora, sino que me parecía tan cercana como para sentir que también era mía.

En los meses siguientes, fui devorando otras historias de este escritor y, en los años posteriores, las he releído con una pasión más asentada, pero sin perder la emoción de los primeros encuentros.

Había en aquellos libros (CIUDAD DE CRISTAL, EL PAÍS DE LAS ÚLTIMAS COSAS, MR. VÉRTIGO y BROOKLYN FOLLIES) una «densidad» literaria y humana capaces de comunicarme lo que más le exijo a la literatura: la facultad de enfrentarme a los misterios que anidan en el alma de todos los seres humanos.

Si evoco el hallazgo revelador de PAUL AUSTER y su literatura, es porque la relectura de sus libros me colocó ante una realidad de la cual, hasta entonces, sólo tenía una vaga conciencia: que desde hacía varios años prefería releer a determinados autores, antes que lanzarme en busca de otros nuevos.

Pienso que varios factores funcionaron como catalizadores de esa preferencia y que uno de ellos, por supuesto, consiste en los años que uno va acumulando, los que, tristemente, nos cargan de un cierto conservadurismo, por fortuna inofensivo para el prójimo, cuando se trata de lecturas literarias, pero que es tan dañino cuando se refleja en otras manifestaciones de la vida y de los oficios como, por ejemplo, la política.

Recuerdo que, en su momento, PAUL AUSTER tuvo la capacidad de devolverme aquella exaltada emoción que, veinte años antes, en pleno apogeo de mi voracidad literaria --coincidente con el llamado boom de la novela latinoamericana -- , me había provocado la lectura de GARCÍA MÁRQUEZ, VARGAS LLOSA, CARPENTIER, CORTÁZAR, RULFO y CABRERA INFANTE, a los que luego se sumarían el BRYCE ECHENIQUE, de UN MUNDO PARA JULIUS y el FERNANDO DEL PASO, del maravilloso PALINURO DE MÉXICO.

Ellos, junto con mis admirados novelistas norteamericanos – desde HEMINGWAY, FITZGERALD, SALINGER y UPDIKE, pasando, claro está, por HAMMETT y CHANDLER --, formaron un sólido pelotón de preferencias, en el que resultaba difícil colocar una nueva cuña (VÁZQUEZ MONTALBÁN y MILAN KUNDERA) que, si lograba entrar, pasaba a convertirse en parte del equipo de escritores leídos y vueltos a leer, con la misma fruición con que se devoran los platos fijados por nuestro paladar, en el gusto más recurrido.

Si la lectura de un libro recién editado tiene el sabor aventurero del encuentro con lo desconocido, el regreso a los ya leídos aporta la seguridad de recorrer un terreno transitado en el cual, si bien quedan sorpresas por descubrir -- todos los grandes libros revelan sus recónditos misterios luego de muchas lecturas, o nunca llegan a revelarlos del todo --, nos mueve la seguridad un poco cobarde de la certeza de un arribo a puertos que sabemos seguros.

Pero, sobre todo, volver a esos viejos conocidos nos cura en salud de las decepciones que, por los ecos del mercado y la propaganda, en ocasiones nos arrojan en brazos de lecturas que nos hacen lamentar las noches invertidas en sus páginas, cuando bien sabemos que los años de nuestras vidas ínfimos para leer todo lo bueno e imprescindible escrito por nuestros congéneres.

Quizás la más desagradable de esas sensaciones la tuve mientras leía EL CÓDIGO DA VINCI, convencido de que, al menos para opinar en su contra, debía pasarme sus seiscientas páginas entre pecho y espalda.

Como mi juicio no afectará en nada la popularidad y la economía de DAN BROWN, puedo escribir sin sentimientos de culpa que, en muchos años, no había leído algo tan lamentablemente escrito, mal urdido y artísticamente falso.

Lo preocupante era cómo algo, a todas luces tan artísticamente endeble, había logrado convertirse en el «libro del momento”, (un momento que parecía interminable, mientras las cifras de cientos de miles pasaban a las de millones de ejemplares vendidos), y hasta había creado una moda que me llenó de espanto cuando, ante el escaparate de una librería española, encontré que de los quince o veinte títulos expuestos para que se fijaran en la retina del presunto comprador, la casi totalidad de ellos se refería a historias de ángeles y demonios, de templarios, sociedades secretas, mantos divinos y aventuras evangélica, con María Magdalena a la cabeza del nuevo star system del negocio editorial, con DAN BROWN -- sobre quien se publicaba también una biografía “no autorizada”--, a la derecha.

La tonta provocación a lo establecido urdida por DAN BROWN resulta tan inocua y falaz, que la industria pudo asumirla alegremente y convertirla en un negocio en el cual participaban diversos componentes mercantiles, pero del que queda al margen (más allá del margen) lo que siempre debiera estar en la proa: la literatura.

Recuerdo cuánta alegría me provocó, hace unos meses, cuando mi casi sobrina Ámbar, luego de escucharme hablar con entusiasmo de mi encuentro de adolescente con EL CONDE DE MONTECRISTO, le pidió a su padre que le buscara un ejemplar del clásico de DUMAS y comenzó a leerlo.

Ámbar, que a sus diez años es una lectora voraz y compulsiva, por aquellos momentos vivía un ardiente romance con HARRY POTTER
, cuyas aventuras ya había devorado de cabo a rabo.

Unos días después, un tanto apenada de sí misma, en un susurro ÁMBAR me confesó (nadie debía oírla), que le había gustado más que HARRY POTTER y su mundo mágico.

¿Había logrado la literatura imponerse al empuje de la más demoledora y aceitada propaganda editorial? ¿La verdadera literatura será capaz de vencer, en tan desigual combate, a los ángeles, demonios y profetas de la autoayuda?

El mercado editorial de hoy, superpoblado de novedades, capaz de publicar tantos libros, que muchos de ellos ni siquiera llegan al más discreto rincón de las librerías, ha tenido que valerse de los más disímiles recursos, para garantizar su supervivencia y, como en otras ramas mercantiles, ha debido ofrecer «libros a la medida», fabricados con componentes precisos, capaces de cumplir su rol de literatura para llevar y botar pero, ante todo, para vender y, de paso, para alentar los deseos de evasión del lector.

Las campañas de prensa, los premios amañados y concedidos de antemano, las celebridades mediáticas convertidas en (dicen) escritores, la explotación de lo religioso, lo sexual, lo políticamente escandaloso o lo falsamente espiritual, se imponen como preferencias de los lectores, mientras que la verdadera literatura se siente arrinconada, ante una agresividad hasta hace poco desconocida.

Sería sencillamente estúpido afirmar que ayer se escribía mejor que hoy. Ejemplos --no citaré ninguno --, pueden demostrarnos que ayer se escribió muy mal, y que todavía hoy se escribe muy bien.

Es tan solo que la mala literatura del pasado es parte del pasado y del olvido, y la buena está asentada en la memoria cultural que nos acompaña hasta hoy.

No obstante, la mala literatura del presente, aun cuando también esté condenada al olvido, cuenta con una maquinaria publicitaria de una potencia inusitada y, lamentablemente, convence a una parte notable de esa cada vez más exigua cantidad de lectores que existe en el mundo.

Por eso, ante la duda de si tras una bella portada se esconde un gato o vive una liebre, prefiero esperar a que el tiempo asiente los lodos, para ver nacer del detritus del mercado esas flores que siempre brotarán.

Mientras tanto, tengo en mi librero suficientes pertrechos de relecturas, para resistir durante varias temporadas.






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LA EDUCACIÓN SENTIMENTAL, POR LEONARDO PADURA, CUBA. TEXTO SELECCIONADO POR CECILIA R SALAS
Posted:Oct 9, 2022 8:30 am
Last Updated:Oct 9, 2022 8:55 pm
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CECILIA ✍️✍️✍️✍️✍️



LA EDUCACIÓN SENTIMENTAL, POR LEONARDO PADURA, CUBA. TEXTO SELECCIONADO POR CECILIA R SALAS

Hoy los golpes vienen desde la calle del fondo. Ayer provenían de la casa de al lado y el fin de semana fue desde algún punto indeterminado de la esquina.
como el calor de este verano: ubicuos y, lo peor, persistentes.

Desde hace dos años mi barrio, como casi todos los barrios de La Habana y de buena parte del mundo hispano, viven con la pauta rítmica de esos golpes y con unas voces que, en ocasiones, se escuchan y otras no, y de las que he podido entresacar que hablan de una “pobre diabla”, quien clama por un hombre que no vale un centavo o de otra, para nada pobre diabla, a la cual le encanta la gasolina y a la que mejor es darle más gasolina.

Se trata, de más está decirlo, de la fiebre del reguetón, que muchos pensamos sería efímera, como tantas otras furias juveniles y adolescentes pero que, esta vez, ha demostrado contar con una temible capacidad de resistencia.

Desde que comenzó esta invasión del espacio sonoro, he tratado de imponerme a mis gustos ya asentados, a mis años y a mis prejuicios; de abrirme mentalmente a las exigencias de la evolución social y al entendimiento del espíritu iconoclasta y rebelde que debe caracterizar a los jóvenes, sobre todo cuando su iconoclastia y rebeldía tienen pocos márgenes para manifestarse.

He hecho mi mayor esfuerzo por no resultar retrógrado y obligarme a entender que el reguetón es una expresión de los modos de pensar de los jóvenes de hoy, hijos de una globalización en donde no tiene demasiado mercado la inteligencia; de unos jóvenes llegados al mundo sin muchos de los rezagos que debimos matar nosotros y para los que el sexo ha dejado de ser tabú, y lo practican y disfrutan con tanta fruición verbal y coreográfica, tanto en un «perreo» reguetonero, como físicamente en una cama, o en una escalera oscura.

Tengo cincuenta años y soy un recordador, que vive de su memoria y de otras memorias, y cuando me invade el impulso de rechazar el ritmo agresivo del reguetón, me impongo recordar que treinta y cinco años atrás, a mis contemporáneos y a mí se nos criticó y acusó de estar «penetrado ideológicamente por el imperialismo» y otras lindezas por el estilo, porque nos gustaba bailar con las canciones de los Beatles, de los Rollings y Led Zeppelin, y escucharlas, incluso, sin entender apenas qué decían sus letras.

En realidad, no nos importaba demasiado sobre qué trataban, pero sí sabíamos que estaban dirigidas hacia nosotros y, aún sin comprender su mensaje, captábamos su sentido y repetíamos «All you need is love».

Cada generación ha tenido sus íconos artísticos y seudoartísticos, mismos que a las generaciones concomitantes siempre les ha sido difícil aceptar y, más aún, entender.

A los de mi edad, que a un joven de la década de 1950 le haya gustado escuchar cantar a Pedrito Rico La perrita pequinesa nos puede parecer tan absurdo, como constatar que a un adolescente de hoy le fascine oir al reguetonero Don Omar interpretar Gata gángster (con los tiempos, cambian los animales, y también sus atributos).

Igual les debió ocurrir a nuestros padres, cuando nos oyeron repetir «Fool on the hill» y les ocurre actualmente a los jóvenes de hoy, cuando observan que nos estremece- mos con «I’ve got you under my skin».

Es la lógica del cambio generacional, del relevo de los gustos, de las modas de cada época.

El reguetón expresa, pues, una forma de ver el mundo y, como tal, hay que aceptarlo, incluso cuando se refiere a una diabla que se pone en cuatro --ya se sabe para qué --, y practica la chupada del pirulí y otras piruetas directamente sexuales.

Su simplicidad rítmica -- y no se me acuse de estar fuera de onda; para ello, léase una partitura del género, si es que existen –, la elementalidad y por momentos sordidez de sus textos (tampoco se me puede catalogar de puritano, pues tan solo hay que oír el reguetón que habla del culito, ¿de la diabla o de la gata? ), un reflejo de la simplicidad, elementalidad y sordidez de los días que corren.

El reguetón no surgió de la nada, ni se ha impuesto en el gusto masivo de los adolescentes y jóvenes por arte de magia, sino que es una emanación de estos tiempos, capaz de ofrecerles algo que ellos necesitan, casi se diría que exigen. Estos los hechos, y oponerse a aceptarlos se constituye en una postura retrógrada.

Lo que me duele del reguetón y sus letras no es tanto lo que provocan entre sus consumidores sino y, sobre todo, lo que dejarán en ellos como sedimento cultural, sensorial y afectivo; como sustancia para la evocación, cuando los tiempos de hoy se conviertan en los de ayer.

Esta certeza me asaltó hace unos días cuando, movido no sé por qué resorte de la nostalgia, coloqué en mi grabadora ese objeto del pasado que es el casete y, mientras hacía los ejercicios que exige mi maltrecha espalda, escuché las viejas canciones de Siembra, el resultado milagroso del encuentro entre Rubén Blades y Willie Colón, cuando grabaron el disco que es, según lo calificó un amigo, «el Abbey Road de la salsa».

Mientras disfrutaba de aquellas letras con las cuales Rubén nos habla de la identidad hispana, de sus sueños y frustraciones, así como de la tragedia del pobre Pedro Navaja, y Willie le pone un ritmo pegajoso que aún no ha perdido su carácter aglutinador, recordé que esa fue la música que bailábamos y cantábamos durante los años 70, con los Beatles ya instalados en la memoria, y cuando, para enamorar a mi propia Lucía, tenía a mano la letra de «Lucía», de Serrat, y en lugar de decirle “pobre diabla” le cantaba – es un decir--, que «no hay nada más bello que lo que nunca he tenido, ni nada más amado, que lo que perdí, perdóname sí…». ¡Por Dios, coño!

En ese momento, tirado en el suelo y controlando el júbilo de mi espalda, me sentí privilegiado por haber tenido la educación sentimental que me regaló mi tiempo, en un barrio tan lleno de carencias, en donde había una sola grabadora de casetes; tan pleno de represiones y censuras gratuitas (primero la de Los Beatles y compañía, luego la de esos mismos salseros, acusados de robarse la música cubana) y de agresiones seudoculturales, como las de José Feliciano y sus canciones carcelarias, entre otros tantos horrores olvidados.

Me sentí satisfecho, porque en lugar de a Paulo Coelho o Dan Brown, pudimos leer a García Márquez, a Vargas Llosa y a Antonio Machado --por culpa de Serrat -- y, en vez de fanatizarnos con Shakira o con Paulina Rubio, tuvimos el privilegio de oír a Ana Belén y a Tina Turner, desde que cantaba con Ike, «Proud Mary».

La memoria, ya se sabe, es selectiva, tanto para los buenos como para los malos recuerdos. Su alimento, no obstante, suele ser sólo uno: la realidad vivida, los placeres y dolores consumidos y las experiencias que nos han tocado.

No me queda más remedio, entonces, que sentir un poco de pena por la generación del reguetón ya que, aún teniendo acceso a tanta información, incluida la cultural, la misma está creando sus futuras nostalgias con las canciones de Daddy Yankee y Don Omar, con el baile del perreo y los videoclips de Shakira.

Dicha generación, nunca entenderá por completo que el mundo alguna vez se dividió entre los fans de Lennon y los de McCartney; que un poeta de la generación española del 98 escribiera las mejores letras de canciones, como jamás serán escritas, y que unos locos en Nueva York se propusieran hacer salsa con conciencia, para buscar América, logrando que otro loco, en Santo Domingo, se pusiera a clamar, a ritmo de merengue, que “llueva café”.






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TEXTO ATIBUÍDO A LEONARDO PADURA, CUBA.
Posted:Sep 28, 2022 11:06 am
Last Updated:Oct 2, 2022 7:59 am
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CECILIA ✍️✍️✍️✍️✍️

Este texto, atribuído a LEONARDO PADURA, CUBA, y escrito hace más de 10 años, es lapidario y no ha perdido vigencia, al describir la innegable y triste realidad que agobia al pueblo cubano, desde hace más de seis décadas.

CECILIA ✍️✍️✍️✍️✍️



TEXTO ATRIBUÍDO A LEONARDO PADURA, SELECCIONADO POR CECILIA R SALAS

En más de treinta años de trabajo hemos pasado por dos rectificaciones de errores, un perfeccionamiento empresarial y por el reciente reordenamiento laboral.

Las cubanas y los cubanos que comenzamos a trabajar en 1980, aún compartimos la vivienda con nuestros padres, incluso con nuestros hermanos y sus hijos o, con mucha suerte, tenemos un apartamento que compartimos con nuestros hijos y sus esposas, y los hijos de nuestros hijos.

Las cubanas y los cubanos que nos convertimos en trabajadores en 1980, somos ahora destacados científicos, prestigiosos profesores, experimentados obreros, condecorados militares, campeones olímpicos, artistas de fama mundial, veteranos de guerras libradas a miles de kilómetros de nuestras costas ... pero no desembarcamos en el Granma, ni estuvimos en La Sierra.

Debido a dicha carencia, nuestro papel ha quedado bien claro: trabajar duro, demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes.

Las cubanas y los cubanos que comenzamos la vida laboral en 1980, crecimos y envejecimos guiados por la misma generación; una generación que enfrentó responsabilidades y retos que van más allá de nuestra imaginación, con menos edad con la que actualmente contamos nosotros, y que aprendió y ganó experiencia ensayando en nuestro pellejo, por el método de ensayo y error.

En 1980, había pasado Playa Girón, la Lucha contra Bandidos, la Ofensiva Revolucionaria, la Zafra de los Diez Millones, la ayuda a los movimientos guerrilleros en América Latina, y la Guerra de Viet Nam.

Las cubanas y los cubanos que en 1980 nos estrenábamos como trabajadores, nos espantamos con la explosión de La Coubre, y habíamos cantado, Pionero soy y el himno ruso en su idioma original, en el patio de la escuela.

Habíamos llenado bolsitas de tierra en el Cordón de La Habana, protestado frente a la embajada de Suiza, por el secuestro de los 11 pescadores, cortado caña en las frías llanuras de Camagüey y tratado de convertir, más de una vez, el revés en victoria.

Pero éramos demasiado jóvenes, nos tocaba trabajar duro, demostrar lo aprendido, y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes.

Nosotros, no habíamos desembarcado en el Granma, ni estuvimos en La Sierra Maestra.

Las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, alguna vez fuimos niños que comimos frituras en el puesto de Pancho, tomamos batidos en el quiosquito de Manolín, o llevamos a arreglar nuestros zapatos colegiales al viejo remendón de la esquina, con sus espejuelos sujetos con un cordón de zapatos, su busto de Martí en la repisa, y su buen trato y mejor servicio.

Alguna vez fuimos niños que llamábamos señorita a la maestra, señor al vecino de enfrente y señora a la mamá de nuestro mejor amiguito; ello no nos contaminó con las pestilentes miasmas imperialistas, ni nos salieron pústulas en la piel.

Las cubanas y los cubanos que integramos las plantillas en 1980, cantamos Somos comunistas, pa'lante y pa'lante, contagiados con la euforia de los mayores. Asistimos a la inauguración de Coppelia, vimos el Salón de Mayo en La Rampa, escuchamos por primera vez al Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, no entendimos nada de la Primavera de Praga, y nos grabamos con letras de fuego ¡Hasta la victoria siempre!.

Hacíamos esto, aunque no habíamos desembarcado en el Granma, ni estado en La Sierra Maestra.

Las cubanas y los cubanos que empezamos a trabajar en el 80, teníamos 30 años cuando Carlos Varela proponía probar habilidad con la ballesta y estuvimos de acuerdo con ello, pero una edición dominical de Juventud Rebelde nos recordó que, cito: "los niños hablan cuando las gallinas mean".

Se nos olvidaba que no desembarcamos en el Granma, ni estuvimos en La Sierra Maestra y que lo que teníamos que hacer era trabajar duro, demostrar lo aprendido, y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes.

Cuando al campo socialista europeo le sucedió lo único que le podía suceder al campo socialista europeo, las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980 teníamos más de 30 años o casi esa edad; estábamos listos para reaccionar y sabíamos que la única salida no era la opción cero.

Pero no estábamos políticamente maduros, nos faltaba la experiencia del Granma y de La Sierra. Nuestra misión continuaba siendo trabajar duro, demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes.

Las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980 -- o cerca de esa fecha --, ya tenemos 50 años o más de 50 también, y hemos vivido lo suficiente para ver al administrador estatal del quiosquito que fue de Manolín, hacerse indecentemente rico, como nunca hubiera podido serlo Manolín.

Hemos visto llenarse los campos de marabúes, mientras los noticieros nos enseñan postales idílicas de una ficticia abundancia.

También hemos obtenido una amplia cultura acerca de las desgracias del Universo, pero sin podernos enterar de lo que pasa en nuestro propio Municipio.

Hemos visto a Hanoi surgir de las cenizas de la guerra, mientras La Habana se cae a pedazos, sin necesidad de un bombardeo masivo.

Hemos visto cómo se convierte el guajiro en una especie en peligro de extinción --como las vacas o la caña de azúcar --, y cómo el cine convierte a nuestro padre en el personaje ridículo de un filme, con su vieja boina verde olivo, y sus machaconas consignas cosidas en el raído pullover.

Los nietos de las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, tienen ahora maestros que escriben Habana sin H y campiña con n, y que declaran, sin pudor alguno, no saber donde nació Antonio Maceo, "porque esa no es materia de su grado".

Las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, hemos visto proliferar en todos los niveles, a pícaros y farsantes de toda laya, y hacer de la consigna un método, y de la apariencia un culto: "Tenemos la mayor micropresa del mundo".

Por eso, las cubanas y los cubanos que tenemos 50 años, recibimos regaños en la televisión, a través de un anónimo calvito que nos sermonea, con fondo musical de La Guantanamera.

Cargamos con el sanbenito de las malas decisiones, de los caprichos y de la megalomanía, mientras que la prensa nos pide ser austeros, comprensivos y, desde luego, seguir trabajando duro, demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes.

A las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980 nos toca, desde luego, rescatar a los albañiles perdidos, a los maestros perdidos, a la eficiencia perdida, al quiosquito perdido e, incluso, el respeto al prójimo, también perdido, cuando la palabra compañero igualó al trabajador y al vago, al adulto y al niño, al genio y al bruto, sembrando en la mente de mucha gente la cómoda fórmula de que “todos merecemos lo mismo", y no que todos tenemos iguales oportunidades.

No obstante, otra vez se nos recuerda que nos toca seguir trabajando duro, demostrar lo aprendido y confiar en la Revolución y en sus dirigentes, porque nosotros no desembarcamos en el Granma, ni estuvimos en La Sierra.

Las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, ahora somos viejos, pero somos de mala raza, porque no hemos sabido asimilar las enseñanzas recibidas; hemos engavetado los buenos consejos y no hemos dado un solo líder, además de contar con la propensión que tenemos todos, a la corrupción y al delito.

El país necesita de los jóvenes menores de 40 y se requiere -- al menos en teoría--, de la sangre fresca, pero a nuestra generación, con sesenta años o un poco más, y con unos cuantos años de trabajo todavía por delante, nos tocará seguir trabajando duro, demostrando lo aprendido y agradeciendo a la Revolución y a sus dirigentes.

Las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, ahora somos niños viejos que necesitan, una vez más, ser regañados y aleccionados por las mismas personas que, desde hace más de medio siglo, nos regañan y aleccionan, porque hay que tener en cuenta que nosotros no desembarcamos en el Granma, ni estuvimos en La Sierra Maestra.






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JOYCE Y LA ACTUALIDAD DEL ULISES, POR JAMES PRIBEK. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALA
Posted:Sep 27, 2022 10:39 am
Last Updated:Sep 27, 2022 10:40 am
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CECILIA ✍️✍️✍️✍️✍️



JOYCE Y LA ACTUALIDAD DEL ULISES, POR JAMES PRIBEK. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS

8.- A MANERA DE SÍNTESIS Y CONCLUSIÓN

JOYCE se jactó en una ocasión de que si DUBLÍN fuese alguna vez destruida, podría reconstruirse utilizando las descripciones del ULISES. La misma no es una afirmación vacía. De hecho, el contexto que dicha novela ayudó a reconstruir fue aún mayor: LA LITERATURA DEL SIGLO XX.

La sensibilidad sacramental que se encierra, tanto en el corazón del ULISES como en gran parte del MODERNISMO, toma una renovada relevancia, en estos tiempos de pandemia.

Durante la misma, los objetos de nuestras iglesias domésticas adquirieron un significado más sacramental, especialmente aquellos que podían transmitir la esencia de los familiares y amigos ausentes.

En síntesis, en el actual momento, la lectura del ULISES nos hace bien, por el cuidado que el autor dedica al Arte, a la vida interior y al impulso sacramental de recrear nuestra casa común.

FIN






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JOYCE Y LA ACTUALIDAD DEL ULISES, POR JAMES PRIBEK. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALA
Posted:Sep 25, 2022 12:15 pm
Last Updated:Sep 25, 2022 12:19 pm
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CECILIA ✍️✍️✍️✍️✍️

El presente artículo, escrito por el jesuita JAMES PRIBEK, se ocupa de analizar, bajo un nuevo prisma, la novela ULISES de JAMES JOYCE, obra que sigue ocupando un lugar destacado en la literatura mundial del siglo pasado.

Dicho artículo está conformado por una serie de abordajes a los temas que se indican a continuación:

1.- INTRODUCCIÓN, en donde el autor señala la trayectoria recorrida por la obra, desde su publicación en 1922.

2.- UNA APROXIMACIÓN DIFERENTE A LA NOVELA, apartado en donde PRIBEK narra sus sucesivos abordajes al texto de la novela y el por qué del cambio de su percepción e interpretación de los contenidos de la misma, sin dejar de lado la descripción del entorno histórico correspondiente a la época en que fue escrita.

3.- EL ULISES Y SUS PERSONAJES

4.-LA SOLEDAD, UNA CARACTERÍSTICA DE LOS PROTAGONISTAS DE LA NOVELA ULISES, fragmento en donde el autor se ocupa de evidenciar la conciencia de una verdad que los científicos nos han confirmado a lo largo de los años, a saber, que la soledad puede poner a prueba la salud mental, física y espiritual de las personas.

5.- EL ULISES Y SUS CAPÍTULOS SOBRE DIVERSAS LECCIONES QUE LOS SERES HUMANOS PODEMOS ASUMIR, PARA AFRONTAR LA SOLEDAD.

6.- EL ULISES Y SUS CAPÍTULOS ACERCA DE CÓMO LA SOLEDAD PUEDE FORTALECER NUESTRA VIDA INTERIOR.

7.- LA SACRAMENTALIDAD EN EL MODERNISMO Y EN EL ULISES
Viniendo de un autor con formación eclesiástica católica, no nos sorprende que este fragmento se ocupe de buscar y encontrar en el MODERNISMO y en el ULISES una visión sacramental que evidencien su íntima relación con Dios, realizando para ello la necesaria extrapolación atenta y meditada de su Palabra y de los sacramentos, sobre ambos temas.

8.-A MANERA DE SÍNTESIS Y CONCLUSIÓN

Por lo extenso del texto, el mismo será reproducido en 8 fragmentos, en sucesivas publicaciones
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CECILIA✍️✍️✍️✍️✍️



JOYCE Y LA ACTUALIDAD DEL ULISES, POR JAMES PRIBEK. TEXTO SELECCIONADO Y EDITADO POR CECILIA R SALAS

7.- LA SACRAMENTALIDAD EN EL MODERNISMO Y EN EL ULISES
Nos gustaría proponer otra forma de cómo el ULISES podría decir algo más, sobre la actual situación de la pandemia.

Recordemos que el MODERNISMO fue algo más que un mero giro hacia lo nuevo y lo bello: también buscó la esencia de las cosas, los animales y las personas, y la disfrutó.

Pensemos en los cuadros las CIRUELAS, o en LA CARRETILLA ROJA, de WILLIAM CARLOS WILLIAMS; en los CISNES de YEATS, en el MARTÍN PESCADOR de GERARD MANLEY HOPKIS, en el libro AL FARO, de VIRGINIA WOOLF y en el cuadro de LILY BRISCOE del mismo nombre. En todas estas obras de arte encontraremos más de lo que parece ser a simple vista.

Desde una perspectiva católica, dichas obras pictóricas poseen cualidades sacramentales; en su banalidad contienen y conducen a la alteridad, por vías misteriosas y redentoras.

El ULISES de JOYCE, a su vez, comparte y ofrece esta visión sacramental del MODERNISMO: un regalo que no puede dejar de reanimar a los espíritus cansados y angustiados, tras una época de desintegración y dolor.

El hecho de que JOYCE haya adoptado la perspectiva del hijo de un inmigrante y de un judío parecía muy importante en 2004, al celebrarse el centenario del primer BLOOMSDAY.

Si el escritor había retratado a BLOOM como el último forastero de su tiempo, la IRLANDA de principios del siglo XXI parecía abierta a la aportación de la experiencia y sabiduría que ofrecían sus residentes recién llegados, a los que ese país nunca etiquetó oficialmente como aliens, ni extranjeros.

En resumen, el DUBLÍN de 2004 parecía reintroducir más de un atisbo del de 1904, y el libro que retrataba esta última etapa irlandesa de forma tan exhaustiva, adquiría una relevancia que no había tenido, cuando me disponía a realizar mis exámenes de maestría 10 años antes, al otro lado del globo.

En el ULISES, las cosas se convierten en personajes, hasta el punto de que muchas de ellas hablan y actúan en el fantasmagórico episodio de CIRCE. El trozo de jabón de BLOOM, comprado por MOLLY, se convierte en una jabonera viva y brillante, que expresa un deseo compartido con BLOOM de iluminar e ilustrar la creación.

Desde una perspectiva católica, se transfigura: su alteridad se hace audible y visible. Más tarde, las gaviotas del río reaparecen en LAS SIMPLÉGADES, saciadas por los panecillos dulces de BANBURY, que BLOOM les había dado de comer.

El graznido de los pájaros es incomprensible, pero BLOOM nos lo traduce: “los proclama amigos del hombre. Criado con bondad”. Por último, las campanas de la iglesia de San Jorge reaparecen en CALIPSO y, en lo que podría ser una alusión a “As kingfishers catch fire”, de HOPKINS, cada una “encuentra el lenguaje para lanzar su nombre: ¡Hey-o! Hey-o!”

Todo esto en CIRCE es muy divertido, pero los momentos sacramentales más conmovedores se producen en ÍTACA.

Gran parte de la sacramentalidad del ULISES está presente en dicho capítulo, el cual se desarrolla principalmente en el interior de la casa de BLOOM, una especie de iglesia doméstica, donde los objetos parecen tan animados como las personas, aunque permanezcan en silencio, -- aunque en un momento dado, la mesa de BLOOM emite un “fuerte y único crujido”, cuya naturaleza no se explica --, sin dejar por ello de transmitir realidades profundamente espirituales.

De esta manera, se menciona el contenido de los cajones de BLOOM; los artefactos colocados en el primer cajón conforman la colección de objetos serios y fútiles que reflejan su alma: un broche que perteneció a su madre; unas monedas austrohúngaras, presumiblemente de su padre; un boceto de la primera infancia y una carta de su hija MILLY a su querido padre y, porque BLOOM es BLOOM, dos postales eróticas.

Pero los objetos sacramentales del segundo cajón representan cosas realmente serias: su póliza de seguro de vida; su libreta de depósitos bancarios, la que revela su pobreza; el recibo de la compra del sepulcro familiar; un libro desgastado de oraciones judías, en el que las gafas de su padre aún llevan la marca del rito pascual y, por último, la nota de suicidio de su padre, que BLOOM sólo soporta leer en entrecortados fragmentos.

Cada uno de estos objetos transmite su propia verdad al protagonista, con lo que éste --y, con él, el lector--, se siente casi abrumado, lo que se constituye en un ejemplo de la escritura modernista, en su mejor forma sacramental.

Además de la sacramentalidad de los objetos, el ULISES retrata una serie de encuentros sacramentales sutiles, pero profundos.

El jesuita ROBERT BOYLE ha identificado siete misas en el ULISES: algunas paródicas, pero no por ello menos reveladoras, como la misa simulada que abre el libro. Otras muestran una verdadera comunión sacramental, como cuando BLOOM y STEPHEN se encuentran en la cocina del primero, donde, significativamente, comparten “la creación de cacao en serie de EPPS”.

BOYLE muestra cómo en el libro, estos encuentros se diferencian de los demás, ya sea porque traen dolor (como la misa simulada) o comodidad (como la hospitalidad en la cocina); en ellas, las personas convergen en la materia y la forma y comparten deseos de realización, que trascienden lo mundano y lo físico.

No obstante, todos no salen transformados después de las mismas, -- como ocurre en la primera --, pero STEPHEN está verdaderamente orientado por ese encuentro. Su destino sigue siendo tan misterioso para él como antes, pero ha visto claramente quién no quiere ser el falso sacerdote MALACHI MULLIGAN.(CONTINUARÁ).






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