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VIVELANDIA

Cuando se habla, bien dicen que las palabras se las lleva el viento. Eso preferi en los ultimos tiempos, ahora dudo, para que vuelvan aparecer en este sitio. Un abrazo a todas quienes se topen con mi saludo.
extracto de décadas]

Serapio EntreMusas
Posted:May 2, 2008 2:58 pm
Last Updated:Jan 21, 2009 7:08 am
7688 Views
Mientras tragaba la cena, Serapio contó de los tres días sin comer y de la bajada desde el altiplano chileno, por las quebradas y desierto para llegar al puerto de Iquique. Cuando llegó a la pensión horas atrás, su aspecto gris contrastaba entre poleras de color, jeans luminosos y gente mas blanca, pareciendo un empleado de los años 40 en pleno año 1970. Sin ese olor a guanaco y con el primer botón del cuello abrochado, es la estampa de correcto ciudadano, antiguo y modesto. En la comida devoró unos 5 platos, entre cucharadas y contestó en pocas palabras la gran caminata, hasta que en la panamericana norte un camión lo trajo desde Huara por 50 escudos. Entre quienes lo escuchamos, terminando su comida se fueron retirando, algunos para no pegarle por mentiroso y otros simplemente porque no se iban a interesar en las historias de un aymara. Nunca había llegado tan lejos, desde parajes escondidos en el alto, por el desierto venía contento con su grito de libertad. Con sus 21 años a probar suerte, prometiendo a sus padres y hermanos que volvería ayudarlos a una vida mejor. La costa, los puertos ofrecían bonanzas; las pesqueras se hartaban de anchovetas, dando trabajo. El olor a pescado se expandía por el ajetreado puerto nortino de Iquique. Gracias a una beca de gobierno inició su preparación en la escuela Industrial para Patrón de Pesca. Entre las bromas por su nula tradición marina, anteponía un silencio y retraimiento. Estaba maravillado por el inmenso mar que la madre tierra le había ocultado por nacer entre volcanes dormidos. Pocos estudios pueden explicar porque un aymara no habla demás, hablan demenos y tienen la piel muy dura por el rigor climático, que bien podría ser una coraza de reacción ante la discriminación reiterada y encubierta de los mestizos del puerto. No hablan demás. Yo no pude sacarle a Serapio una sola palabra cuando me acerque a él, en el cabaret de la Simona. No me sorprendí. Siempre llegaban ellos ocultos y silenciosos. Ahí las mujeres del sur se desnudaban después de tres canciones, en medio de la embriaguez, vocinglerillo y sones cumbiancheros. Una parafernalia invasora y seductora. Las luces enrojecían los cuerpos blancos de las striptiseras, el clímax es un pandemoniun. Los tonos rojos también iluminaban el rostro de Serapio. Sorprendido, absorto, serio, perdido, no desprendió su mirada de ellas. Es una deseable violencia y una agresión a su simple timidez vernácula, multiplicando su mudez. Los juegos entre sus primas y amigas de Cariquima, con muchas alpacas y vicuñas en terrenos vastos de yaretas y nieves frescas, no tenían que ver con estas mujeres de otros universos.
-En ocasiones le pregunté, que le había parecido su primera experiencia en el famoso prostíbulo del puerto, nunca me contestó, sonriendo socarronamente y huyendo del tema. Yo creo que nunca olvidó esos momentos. Su día empezaba a las 5 am trabajando en la feria agrícola. Ahora con una doble tarea; estudiar y mantener a la Quillotana. La llamaban así, porque según ella había llegado con los chacareros de Quillota y según Serapio, ella era su novia, pero yo supe que trabajaba ejerciendo en otros lenocinios del puerto. Y también me di cuenta que ella fue desenmascarada cuando usó la cama de Serapio con un cliente inesperado. El problema fue que Serapio apareció a deshora un día de huelga de profesores democráticos. El no iba a soportar tan desgarradora desilusión sin embravecerse, entonces por la ventana del segundo piso comenzaron a caer volando las pertenencias de ella, mientras que un tipo huía sangrando.
-¡ Prefiero que te vayas, zorra hambrienta. Mi corazón es mío ahora y tuyo nunca mas! Serapio pasó un tiempo borracho, mirando el mar. La desgracia no llegó sola porque después por las latas de licor andino en noches para olvidar; había perdido la beca para tripulante. Serapio repetía resignado en el comedor: que su santopatrono daba y quitaba. Era cierto. Al otro día encontró un cupo para técnico eléctrico.
– Serapio tenis que ponerte serio ahora, la cuestión ya pasó, ahora a estudiar- él me miró riendo a carcajadas y se encogió de hombros… -Este gallo no siente los dolores como nosotros, tiene cuero de chancho y nunca se sabe lo que piensa- comentábamos a la hora de la comida.
El ambiente por el año 1972 estaba enrarecido. Un día de Noviembre los carabineros entraron violentamente a la habitación de Serapio buscando dinamita que una informante había señalado.
Después de no encontrar nada, el Cabo Mayorga le preguntó su nombre.
-Me llaman Serapio-. -¡El nombre completo huevón!- increpa el policía.
Serapio responde: -Juan Serapio Castro Coñajahua-
-¿ Y porqué no te haces llamar Juan, como nombre de uso? Con la cabeza baja respondió: –Me gusta Serapio.
-¿Estái en algún partido político?
-Estamos metiendo preso a los comunistas. Quedas detenido. En la pensión teníamos clientes influyentes e innombrables, gracias a estas soltaron a Serapio. Ahí supimos que era un infundio de la Quillotana, lamentablemente Serapio se enteró y después de patearle el trasero, tuvo que salir de la ciudad, rumbo a su tierra, caminando de nuevo hasta perderse por los cerros. No podía quedarse; el nuevo hombre de la Quillotana lo andaba buscando. Por esas ironías ¿Qué podía hacer un tripulante pesquero en la cordillera o un electricista en un pueblo sin red de energía. No supe de Serapio por la convulsión en el país, podría haber muerto, habían brumas sobre la existencia.
La historia de Serapio no terminó ahí. Una carta solitaria con estampillas extranjeras me hizo saber, que una antropóloga holandesa que hizo estudios de la cosmovisión andina en los Ayllus, se había enamorado de él y se lo había llevado a Amsterdan.
En 1990 cuando hicimos un tour ya viejas y retiradas en plan de turismo a las Vertientes de Enquelga; pregunté si alguien conocía a Juan Serapio Castro. No fue necesario indagar mucho, allá todos se conocen. En un caserío entonces vi a varias figuras entre las casas. Me sorprendió como aparición de fantasma. Serapio doblaba la cabeza tratando de confirmar en su mente si soy yo. -¿Cómo está Simona?- Fiel a su estilo, no dijo mas, porque aunque recordara esa noche recién llegado a mi burdel; no seria atinada mayor efusividad, que delatara que fui su amante en las juergas de mi pensión. Mas atrás unos chiquitos rubios se peleaban un ternero. Una rubia de mejillas coloradas también se asomaba por el portón de una casa de adobes. Ahí estaba Serapio. En su tierra.
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Con Cual Mujer Puedo LLegar a Un Acuerdo?
Posted:Feb 21, 2008 8:14 am
Last Updated:Aug 17, 2009 8:16 pm
7305 Views
¿Con Cual mujer puedo llegar a un acuerdo?, ¿ Puedo llegar acuerdo con una mujer tierna que me hace cambiar de opinión con solo una caricia;? O con la mujer heroica que siempre lucha para darse así mismo y siempre alcanza para mi; con la mujer adulta que se ocupa de amarme y también mira al jovencito cargador de gas; con la mujer bondadosa que siempre pierde cuando juego; con la mujer mentirosa que piensa si y siente no; con la mujer compulsiva cuando no escucha razones y compra igual porque están en ofertas; con la mujer tolerante que me acompaña al fútbol; con la mujer “prostituta” que me acepta por una cocacola; con la mujer dueña de casa que pregunta quien es Sarkozy; con la mujer avestruz que no quiere mis quejas, pero celebro su pose; con la mujer auscultadora que quiere saber por donde me vine y yo nunca le pregunté por sus pasos; con la mujer espectadora que siempre me quiere comediante; con la mujer profesional que dice que debo hacer absolutamente lo siguiente; con la mujer proveedora que siempre saca choclos, azúcar agujas, scotch, mil pesos y tractores desde su cartera; con la mujer light que se manda un lomitazo; con la mujer esotérica que inventa horóscopos para entender porque no quiero sopa; con la mujer apoltronada, cual gata esperándome; con la mujer mesiánica en las colas de micros, con la mujer misionera que anda en el vecindario; con la mujer intuitiva que pronostica amistad en peligro; con la mujer besadora que finge sonambulismo para encantarse siempre; con la mujer libidinosa en la cocina mientras disuelve leche condensada; con la mujer intelectual que me turba y por eso decido verle los labios; con la mujer aventura que acepta un encuentro furtivo con otro amante que soy yo; con la mujer invisible que está, pero no está.
¿Con cual de estas mujeres puedo llegar a un acuerdo?
¿Con quién estoy tratando? A las 07.00 despierta una de ellas, en algunas ocasiones hasta las 07.30, aparecieron todas y me trastorné. Es curioso y desconcertante cuando aparece solo una de ellas en 24 horas, o también lo que es mas desgraciado: algunas no aparecen casi nunca. Pero todas y muchas mas existen, sin embargo ¿Cómo será la existencia sin la mujer besadora?.

Una de ellas me emplazó:

“¿ Y con quién de ti puedo llegar a un acuerdo?”. O sea no se sabe quien le habla a quién.
Una tímida respuesta mía es: yo puedo llegar a un acuerdo con todas porque todas están dentro de una misma mujer; entonces trato que el montón que soy, primeramente tendré que ponerme de acuerdo.

Para evitar la equizofrenia acepto a todas en una. Entonces mas bien que mal, todas necesarias. No deben ausentarse, sino sería demasiado aburrido.
El revolucionario chicle dos en uno, quedó atrás. Ahora decenas de sabores en una sola, para entretenerme masticando. Es una idea fiel. Teniendo Tantas Mujeres en Una es para entretenerse largo tiempo o hasta siempre. Dubitativamente al comienzo, es inevitable “ponerse de acuerdo”.
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Recordatorio Tamao Carta
Posted:Jan 17, 2008 9:13 am
Last Updated:Oct 18, 2010 2:01 pm
8478 Views
Observar las olas del mar y su ritmo infinito me produce un encantamiento, a veces me mezclo en él, jugando con las olas en ese ciclo incansable. Puedo verlo, verlo y yo no encontraré sus secretos, aunque tengo la certeza de su gran misterio. La memoria en mi no existe. No me acuerdo de mis juicios antes de conocerla y por este pequeño gran detalle, cuando perdí la cabeza por ella, me vienen escandalosas repercusiones y morigeraciones a insultos o autocomplacencias para mi imbecilidad o sabiduría. No puedo negar que cuando estoy en ese estado me siento tontamente mágico. Es una lucha el conquistarla. Titánica y sufriente, entonces se me enreda el juicio. Por eso me gusta el mar cuando está embravecido y con oleajes, porque más tarde sabrá estar sereno. Sabe por sus propios misterios de arquitecturas infinitas que volverá a un ritmo sereno. El mar recuerda cuando debe volver a la paz y no se desespera más de la cuenta cuando está desbocado. Yo no quiero perder la cordura, cuando se me venga el mundo encima…, es por eso que tome una hoja en blanco y escribo la paz que tengo hoy. Expongo que mi corazón late insospechadamente y mi respiración recupera su normalidad cuando subo las escaleras. Puedo ver a las personas más en su dimensión ante mi, y aproximarme a sus inquietudes; tener una grata sensación que me produce esa mujer con su vestido liviano y floreado con su vuelo al caminar a las 18.35 de un día de enero del 2008; Ahora tengo la certeza del calor que me envuelve y de la bebida que recorrerá mi garganta sedienta por ella Puedo tener la seguridad que mañana estaré un poco triste por eventos cotidianos que siempre afectan, pero además alegre y sin cargos cuando salga con risa contenida de algún funeral. Puedo comparar los colores del cielo sobre los árboles, con los colores de mi computador: cielo #00CCFF y el verde #00FF00 del parque, que sobresalen entre orlas de calor sobre el pavimento. Ahora observo la pulcritud al lavar un plato y me preocupo no se rompa cuando lo doy vuelta para lavar el otro lado con las manos rellenas de Quick; puedo mantener mi espacio con decoro. La ciudad no se enterará de mi equilibrada existencia y enfrentaré todo como corresponde; por último recuerdo a mi padre lejos y su ejemplo, también a mi madre en sus tiernas sugerencias espirituales para salir adelante y la siembra de miedo de las hermanas; a cualquier modelo podré acudir y todo funcionará siempre. Si tuviera esa seguridad de la permanencia de esos estados mencionados…? Se me ocurrió entonces escribir todo ese océano de certezas en la hoja tamaño carta que saqué de un paquete azul, que estaba bajo la caja número 47, cuyas letras con plumón negro marca Fultons indican “mesa del PC”. Porque mañana cuando la vea con su vestido floreado abandonando mi espacio, habrá comenzado mi enamoramiento y no sabré responder de nada. La carta con los consejos que me autoproclamé un día de enero y leerlos para recuperar las certezas, lo más probable es que no sirva de nada o sirva de mucho. Mirando el mar, espero en la nariz se me pegue una voluta de su espuma.
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Subterrneo Candor
Posted:Aug 22, 2007 9:29 am
Last Updated:Aug 1, 2009 5:38 pm
8190 Views
Los perros inteligentes, mejor aun, coherentes. Y yo padezco la metamorfosis de un gusano, estirando mi cabeza, esperando el inicio de ser larva. Estoy cansado y angustiado desde hoy domingo. Hasta unas horas atrás, resistía bien la ausencia de ella. Me imaginé una conversación frente a frente para decirnos adiós. Terminé inquieto por la forma como me dijo adiós y también es una cuestión de fondo, porque me pregunté si mis sentimientos eran coherentes con la dureza de la razón. La conciencia me dice hasta hoy que no la debo querer, pero el corazón me dice lo contrario; de cualquier manera me siento un gusano a punto de ser larva. Y el dolor agudo en mi pecho es el alfiler que me pega al plumavit. Ráfagas de viento el abandono y siento miedo que en cualquier momento se desate en mí, la angustia y desamparo. Fue el telefonazo irreverente del viernes.
“ ¿Aló? Te llamo para decir que me voy. Has logrado que sea yo quien terminara esto, tienes todavía algo de verano para desatarte. Pero conmigo se acabó para siempre”.
Ese día en la oficina, salí al pasillo a fumar un cigarrillo para sentir el final, después de un año de romance. Recordé mi postulado: Tres meses suficientes para identificar los signos de una relación con posibilidades. En el día noventa en adelante disimuladas maniobras para alejarme de ella, que constatara las orbitas diferentes, pero las vivencias agradables, dilataron los remilgos inconvenientes. Había elegido el momento antes de partir al Sur de vacaciones.
Todo hubiese terminado ahí, después del cigarrillo: -Está bien, es lo que quería, no? Ese viernes por la tarde me habló una amiga del Norte, llegará a Santiago y me solicita que la oriente en establecerse. Puedo invitarla. En la noche me reuní con la hermandad de los fines de semanas: tertulia, algún baile y planes de asados domiciliarios. Todo bien. Pertenencia social, trabajo y agenda. Fueron dos semanas de caminar entre esparadrapos atentos a una sorpresiva llamada que nunca llegó. Días apenas soportables.

Pero hoy al parecer, una pelusa en la garganta o una partícula se metió en mis ojos, hiriéndome y saliendo sangre. Al comienzo sin dolor y después dándome cuenta de la trampa. Subterráneamente todo el candor de ella, realizó la concientización en todas mis células, que se rompían en sangre, salpicando la soledad de las piezas, latigazos de recuerdos de cenas amigables y piel erizada junto a vidrios empañados. Y ahora llorar otro domingo en la tarde. El efecto bumeran fue perfecto, y con rabia perfecta, tengo fuerzas para pintarle unos mostachos en su retrato del muro, que hice cuando la desnudé para pintarle solo su rostro. No acepto el típico análisis, que dice: Se valora lo que ya no está. No estoy para sofías baratas, necesito un consuelo perfecto para sosegarme y lograr sostener esta taza de te y que no me derrame a la locura.
-Te llamé Hans para que me digas algo… porqué mierda estoy sufriendo-.
Le enuncié: -Estoy pagando todo de una vez, sufriendo en horas lo que ella agonizó en un año-. La exigencia a mi maestro y amigo es improcedente para un asunto de mi exclusiva competencia. Lo compruebo después de 45 minutos, cuando expresó: - Gracias por el café, conoce bien a tu monstruo, es la única manera que no exista- Se despidió y se fue. Su poderosa reflexión no me sirvió. Hasta la filosofía popular de una mujer sin instrucción es nada: -“El tiempo cura todas las heridas”.
Este domingo es ahora insoportable, por lo tanto no me importa demostrar mi flaqueza y hablo con su amiga de años: -Como la relación se acabó, quisiera que me contaras de sus asuntos, es decir si se enfermara…o algo así…- Ella hizo una larga pausa y me sorprende: -“Es una mujer que no merece que se preocupen por ella, es egoísta, desleal…” Es mejor no escuchar. Y nuevo llanto. Ya todo daba lo mismo.
A Dios lo siento cerca, muy cerca, pero no le hablo, no soy oportunista. Como si EL fuera a reparar en eso. Pero algo le susurró a la Virgen.

Al juntar mis pedazos ante el espejo, siento una fuerza para salvar nuestros futuros. Debo reconocer primero que estoy profundamente enamorado, algo así como matar la soberbia y entregarse a vivir en ella, vivir por ella y para ella.
Pienso en como hacerlo. Sus dos semanas de vacaciones se terminan. Es de vida o muerte que le transmita mi amor definitivo. Algún corpúsculo de cariño hacia mí, sirve para intentarlo. Sé que está en una Reserva Natural del Sur y mañana en la noche tomará el bus de regreso desde Victoria:
Hoy es Lunes y la 8.00 hrs. Y la Srta. del Terminal acá en Santiago no despierta a mi urgencia: “-Lo siento no puedo darle la información de cuando vuelve su “novia” a menos que me traiga su ID y vea en pantalla la nómina-.
-¡Lucho Dame el Número Identificación de Verónica cuando postulaba al trabajo en la U.!
La mujer de la agencia de buses, ahora es cómplice: “- La Srta. Verónica Conir se embarca a las 18,45 desde Victoria para llegar a Santiago a las 08.30 de mañana martes.

Quiero hacerme cargo de su sufrimiento desde que nació. Siento mía su tristeza. Leí que había llovido en las últimas dos semanas. Entonces le deslicé en su encerrado Dpto. una esquela de bienvenida: “La lluvia del Sur, mis lagrimas de amor por ti, perdóname” Luego compré dos entradas para una noche en el Festival de Viña del Mar. La razón me dice que la tarea es como subir hacia abajo, mientras mi corazón sigue con Fe.
Ahora las 18.25 hrs. nerviosamente llamo al Terminal de Buses en el Sur, en Victoria: “Sr. Efectivamente su novia viaja hoy a Santiago. Espéreme unos segundos para ubicarla entre los pasajeros y hable con ella…”
Emocionado escucho su voz curiosa y temblorosa: -“¿Aló…?” me dice.

El viernes siguiente, conduzco desde Viña del Mar hacia Santiago. Sería silenciosa la noche de no ser por los susurros de ella. Veía las mariposas que se deslizaban a través del camino, noche estrellada con luna llena. Igualmente estaba triste. No había disfrutado el Festival de Viña. Apenas recuerdo el orden de los artistas y asoma la sensación de ser larva.
Ella alegre comenta:
-Es un buen comienzo, un buen detalle esta invitación. No lo olvidaré, has sido muy gentil, entretenido, me haces sentir muy bien, talvez un poco silencioso-
Mi amiga del Norte está radiante y exultante por la invitación al Festival de Viña.

Soy un gusano que deja la larva y en las noches cuando el vacío que siento me hace ver mas nítido; vuelo erráticamente sobre la ciudad esperando encontrar su aroma y me permita cerrar mis párpados para dormir eternamente junto a su estela.
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ojos entre hojas
Posted:May 9, 2008 12:04 pm
Last Updated:Mar 13, 2010 5:03 pm
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Las mujeres las que llaman en la selva, ellas deciden despues marcharse y dejar a los machos muertos; pero yo slo qued agonizando y ahora observo oculto entre el follaje con ojos auscultadores por si ella aparece a tomar agua.
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Levantarse un Domingo para Siempre
Posted:Apr 3, 2007 12:03 pm
Last Updated:Mar 13, 2010 5:08 pm
7826 Views
La canción “El Hombre del Piano” de Billy Joel, la sentí igual de maravillosa tal cual como hace treinta años atrás. Sentir las suaves caricias de sus manos, tampoco es diferente desde aquellos tiempos. Sentí el olor de aquellos lejanos años como abrir la maleta y encontrar la riqueza que aún seguía viviendo. Es un prodigio estar después de ese minuto de amor, descendiendo al agradable sopor sobre capas de sedas y sentir lo mismo que hace tres décadas. Una sensación que no esperé que se repitiera, conociendo que nada es igual. Me sentí un niño viendo por horas las olas, para observar si las formas de la espuma, se repetían en algún instante, o bien cada vez en la montaña comparar las nubes y ver algun cumulus igual a otro.
La misma canción del piano me hacía sentir la misma sensación agradable, como un moderno fractal aleatorio: la música y las sensaciónes modulares y provocadas. Yo hubiese esperado que ella y sus caricias fueran diferentes siguiendo el ejemplo de la naturaleza, siquiera un cambio tendría que haber desde aquellos días de marzo de 1977. Pero no. Casi todo lo siento idéntico. Solo que algo no ha funcionado bien; porque nuevamente las caricias provienen de una mujer diferente.
Medallas de un guerrero arrepentido, pero de diplomáticos sobresalientes, que talvez hicieron el menor daño posible. El cazador de sentimientos en que me convertí, me decía que la misión algún día terminaría, bebiendo en un vaso de cristal. Cuantos relojes rotos en amanecidas; eran para concluir que solo mi energía era inagotable, porque ni la música, ni el espacio tan infinitos, como el sin límites y continuo sentir de las caricias. Yo quise saber como fue tamaña repetición.
Mas sorpresivo fue para mí, ante mis cajones de memorias, el cerebelo solemnemente desclasificó documentos, donde se exponen las arengas de amor rayadas en bancos de plazas, en muros, en servilletas, en entradas de cine, en boletos de micros...cada vez soportes mas chicos para amores más chicos; con la misma rica energía y pésima poesía, intercambiando burbujas de intenciones, mientras seguían inventando canciones que pegándose a mi vivencias... desde el vinilo...los casettes...el cd...es una historia transcurrida desde y dentro de sacos de dormir, sábanas cannon y más de alguna alfombra o mesas de pino oregón. Es como ver el progreso del país pegado a las caricias de sus habitantes.
Esta canción me llevó a otros ámbitos. Otra extrañeza surgió cuando recordaba el hombre del piano mientras retornaba mi casa de origen; me pregunté si en aquellos tiempos yo veía en color. A lo mejor era posible que existiera el color y me lo comprobó el primer amor oficial que tuve a los 17 años, cuando unos años atrás nos encontramos para cumplir lo que no habíamos hecho hace 33 años atrás. Después de eso, lo único rescatable del coloquio fue el delatar rasgos míos que conoció en ese entonces: reconocía el mismo sentido del humor, un sin compromiso con nada, cuidadoso y preocupado, pero un recuerdo detestable fue cuando usaba una chaleca celeste abierta al medio y que me llegaba casi a las rodillas. Una visión horrorosa para ella. Un remilgo algo atrasado. Entonces si dijo chaleca celeste es porque ya hay una segunda opinión de que existía el color, pero yo no recuerdo eso porque recién tuve \bsexo?\b a los 18 años.
Los sones siguen y continuarán arrullando el mismo disco rayado, indefinidamente hasta que la aguja del tocadisco lo convertirá en polvo, pero eso no sucederá por que la canción en un disco no pueden durar treinta años. En mi historia, el drama se produjo al acostarme con ella un sábado y levantarme un domingo para siempre. No cansandome del perfume de ella y vagando como los ojitos de un ugandés en el olvido. Si los arañazos de la primera gata se aparecen en ellas.. Aún con las mudanzas de piel y sin rutina, continua la aguja sobre el surco y no conozco ni la punta de la nariz del libreto.

La canción “El poder del Amor” de Jennifer Rush, la sentí igual de maravillosa tal cual como hace quince años atrás. Sentir las suaves caricias de sus manos, tampoco es diferente desde aquellos tiempos... Y así sucesivamente...
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Puedo Sentarme en su Mesa
Posted:Dec 27, 2006 6:06 am
Last Updated:Oct 18, 2010 2:19 pm
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No le rogaré, ni la presionaré, con esto que le expondré a continuación. Sé que es difícil aceptar a un extraño que le dirija la palabra y está en su derecho. Sé que debería presentarme primero y si lo permitiera salvando la primera impresión, yo intentaría iniciar una relación a través de varias semanas, talvez meses con usted. En ese tiempo yo tendría la oportunidad de protagonizar largos encuentros y en ese intertanto conocerme. Así constatará que no soy un mal hombre, humano y con errores leves, pero finalmente usted concluiría que soy un buen tipo.
Usted se sentiría en ese lapso de tiempo: aceptada, reconocida y adulada Se sentiría bien con mi compañía. Yo también tendría una idea de quien es usted, asunto que en verdad no me interesa. Es que percibo sus atributos para ganarse inmediatamente mi admiración. Sin embargo habrán complicaciones en este proceso de conocernos, podrían pasar eventos que ni usted, ni yo podemos prever y que podrían malograr las intenciones de ambos.
Inevitablemente nacería un cariño potencial. Y en ese caminar imagínese, románticamente por los parques, a veces no tendrá ganas de hacerlo, ni yo tampoco. En otras ocasiones iremos al cine y usted tan comprensiva, tendrá que soportar una película de robots. O bien iremos a un mall y yo aguantaría horas de vitrineo. En algún fin de semana cuando estemos en ese proceso de conocimiento mutuo, usted sentiría culpabilidad por pasar un momento agradable conmigo y dejar a su hijo -si lo tuviera- con cocacola, papas fritas, películas y nana peruana, que lo hará dormir contándoles cuentos de brujas. Muchas veces podría ocurrir que no están dadas las condiciones para salir conmigo, por lo que generaría un movimiento penoso entre ambos.
No es menor el hecho que usted, se tensaría en la incertidumbre: -En que momento la tomaría atrayéndola hacia mí para darle un primer beso y toda la gama de pasión ascendente, no siendo el momento por estar... – lo digo con toda delicadeza- en sus días de menstruación. En el otro extremo, usted esperaría ese momento de pasión, con todo su ser dispuesto y yo no atinaría a nada en esa ocasión, por miedo pues ese día posiblemente sin saber, me pondría justamente un calzoncillo con hoyos. Estas situaciones la estresaría.
Además habría otro impedimento. ¿ Qué pasaría si usted puede y anhela verme ese día cuando se juegue la final de fútbol entre Colo Colo y un equipo argentino? Podría suceder que le mintiera para no verla o bien decidiría verla, pero sería perturbador mientras usted está y yo con la oreja en el estadio. Situación que le molestaría, por la falta de atención y no realizar prioridades postergadas. Estos eventos, resentirían la construcción de una relación excepcional.

Pero todo lo anteriormente expuesto, es solo un supuesto. En esos tiempos apelaría a todo mi bagaje de simpático, cariñoso, comprensivo, sorprendiéndola gratamente con cada idea para encantarla. En síntesis le haría sentir muy bien. Sepa usted que no puedo dejar de pensar en su propia problemática, me sentiría mal si no pudiera conciliar el sueño que su hermosura necesita, ni trabajaría tranquila con la idea en esos días de tomar una decisión trascendente. Entre si fuese posible amarme o nó... Se podría dar el caso en esos momentos que usted no quisiera una relación estable, sus desengaños la harían temer, lo que es comprensible. Yo en ese tiempo, pasaría muchas noches de insomnio, cavilando si lo que está sucediendo es decisión suprema o un espejismo. Terminaría preocupándola. Yo conociéndome, justificaría todas mis oposiciones encantándome en una gran mentira. Respecto a los costos económicos del proceso gastaríamos con gusto yo y usted una buena cantidad en un amor incierto.
En definitiva nada me garantiza nada. Ni a usted. Ahora bien... En relación con todo ese futuro tedioso; Debe entender ahora, la enorme importancia de este planteamiento que no escuchará nunca mas en su vida para evitar tan incierto y costoso panorama. O talvez ¿Usted quisiera el proceso?. Sinceramente me interesa su decisión, que finalmente será respetada. Sería un lujo brindarle el mundo a tan radiante hermosura. Escúcheme este último intento. Cierre los ojos e imagínese que ya vivimos el proceso. Convenzace en su mente que ya me conoce... ¿Lo siente así? entonces ¡Vamonos ahora mismo al motel de la esquina! y nos evitamos todo esos meses de futuro trabajoso. Y de ahí vemos.
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