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QUISE COMPLETAR LAS 10 !i!, PERO EL SISTEMA NO ME LO PERMITIÓ.
He disfrutado muchos momentos de amor, de tristeza, de felicidad y también de nostalgia, pero presiento que todavía no lo he hecho con la plenitud e intensidad que encierro muy dentro de mí. Dicen que mi mirada embruja con el misticismo de un encantador de serpientes, será porque al mirar, en mis ojos se conjugan la profundidad y la elocuencia. Soy una mujer especialmente sensible, la emotividad me desborda, sé disfrutar ampliamente de las relaciones y en función de los niveles convencionales, puedo considerarme como un ser dichoso, aunque últimamente presiento que pocos y cada vez menos me entienden, y que también comienzo a sentir que cada vez más me aburre y exaspera la vulgaridad, la superficialidad, la irrelevancia y que me indigna la mentira, la injusticia, la traición. Soy una mujer que creo en un Dios y que siempre le agradezco.
Creo en la familia, en la amistad…; a mis s siempre les enseñé que ambicionen “ser” antes que “tener” y daría la vida por ellos pero dejo que sigan el rumbo que ellos escojan libremente… saben que cuentan conmigo. Soy una mujer que me siento diferente de las demás, una mujer que ha vivido una vida que es calificada de extraordinaria, (sobre todo por las demás mujeres) por mi audacia, mi valentía, mi desapego a los convencionalismos, mis sacrificios, mi lucha, mi desinterés por lo material, mi espíritu de aventura… Una mujer que he disfrutado mucho, que he sido amada con pasión en más de una ocasión, aunque siento que he vivido para los demás. Mis más auténticas inquietudes y mis valores más apreciados permanecen como dentro de un volcán, sólo la fuerza de un amor con mayúsculas podría provocar la erupción capaz de hacer salir con un cauce y un sentido todo el torrente de sensibilidad y de pasión aprisionada que me invade. Una mujer bella por dentro, que le interesa el amor tanto como la verdad, pero aunque no lo manifiesta sabe, que ni uno ni otro los ha encontrado con la dimensión y con los matices que es capaz de imaginar y sentir. Una mujer de espíritu atrevido y aventurero, abierta, cariñosa, sofisticada en sus ilusiones y, sin embargo… amante de las cosas sencillas. Una mujer que sabe vibrar en lo más profundo ante un pequeño gran detalle, y que sabe ocultar esa emoción de desconcierto que le provoca el engaño, la indiferencia y que la considera una debilidad vulnerable y peligrosa. Una mujer que se entrega siempre con un serio compromiso en lo que hace, que le emociona conocer lo diferente y lo nuevo y que le desespera no hacerlo con toda la tenacidad deseada. Una mujer que no le importa la moda, que no le deslumbran las joyas ni las pieles, que habla con el mar, con sus s, que ama su libertad, que se siente cómoda con un atuendo informal, pero puede lucir aún como una mujer sexy o una dama elegante; que le gusta caminar sola sin rumbo y sin tiempo, pero con paso firme, que sabe inventar y vivir intensamente sus sueños, sobre todo cuando está despierta. Una mujer que también se siente , pero que no se olvida de su más de medio siglo de vida, que conserva cicatrices, pero cerradas; que mira hacia adelante, que nada la derrumba porque posee una gran fortaleza física y espiritual, que se retroalimenta de pensamientos positivos, que disfruta los logros de sus seres queridos, que acompaña siempre a quienes quiere en los malos momentos… que le gusta acariciar, impregnarse de la naturaleza, despertarse con una sonrisa… Una mujer que goza con los cinco sentidos, que intuye lo que otro desea sin que tenga que pedírselo, que sólo da y nunca pide, pero que se cansa de no ser apreciada. Particularmente soñadora, soy una mujer que ha escondido tras una resistente urdimbre de risas y sonrisas un profundo anhelo de vivir, de vivir intensamente, de desafiar al amor con locura, sin programa, sin temores y sin freno. Una mujer que le gusta ponerle pizcas de humor a todo con una dosis generosa de ternura y de dulzura. Una mujer que no conoce la envidia ni el egoísmo. Una mujer moderna, joven de espíritu, fiel, alegre e inteligente, que cuando ama se entrega con pasión y disfruta la intimidad como si participara en un ritual exótico, poseída por el embrujo de dioses ebrios y contentos. Una mujer que disfruta la soledad, la compañía, el bullicio… pero anhela compartir su mundo con alguien cercano a su sentir, que acelere sus palpitaciones, que se convierta en su fuente de inspiración, que la valore, que sea capaz de sentirla, que se deje amar… Una mujer que piensa que la pareja es lo más importante y que no cesa en su afán de búsqueda hasta lograrlo o seguirá sola su sendero.
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Amor e Romance para Latinos no Mundo Todo